Dragon's Dogma 2 se perfila para ser uno de los mejores RPG del año. Buena parte de su calidad radica en el hecho de que, a diferencia de muchos otros juegos, el título de Capcom presenta un mundo peligroso y misterioso en la misma proporción; que no explica todo, ni lleva al usuario de la mano por sus misiones y complejas mecánicas.
El juego es extraordinario y ya te llevaremos, más adelante, una revisión más completa. De momento te dejaremos con esta que debes considerar como una síntesis de primeras impresiones, aderezada con algunas observaciones que pueden ser de utilidad para que aprecies las virtudes de Dragon's Dogma 2, lo más rápido posible, y no te dejes llevar por una estructura compleja -pero gratificante-.
Lo que decíamos en el primer párrafo sobre el carácter misterioso y hasta un poco críptico del diseño es un atributo que no se aprecia desde el comienzo. De hecho, las primeras horas pueden ser de confusión y hasta de frustración o, cuando menos, así ocurrió con nosotros, pero poco después se desdobla un un mundo fascinante que, precisamente por sus desafíos, resulta adictivo.
Dicho lo anterior, en aras de ahorrarte la desesperación y que puedas paladear las maravillas de este juego lo más rápido posible, aquí van algunos pedazos de información que harán tu introducción a Dragon's Dogma 2, algo más amable y ágil.
Prepárate para caminar y asombrarte
En Dragon's Dogma 2 no abundan las monturas, al menos no, hasta el punto donde nosotros vamos. Capcom no incentiva los atajos; quiere que camines y camines, y cuando te hayas agotado, camines un poco más, pero esa es parte de la magia.
Cada que sales de una posada, cosas diferentes ocurren. Hay cofres con loot "ocultos" en cada rincón, abundan las cavernas con enemigos y tesoros, caminantes con potencial de unirse a tu grupo merodean por los caminos, y los encuentros con enemigos de todos tamaños y formas son constantes, así que sé paciente con las excursiones, admira el escenario y aprecia la aventura.
Este es un juego de luz y tinieblas
Dragon's Dogma 2 cuenta con ciclo de día a noche, y este sistema tiene impacto en las mecánicas y abona, en ocasiones, a una bienvenida sensación de urgencia. Durante la noche, no podrás ver nada, si olvidas la linterna y aceite (los cuales se venden en las tiendas de los grandes asentamientos, a precios accesibles).
Más importante que eso, serás atacado con mayor frecuencia y por enemigos especiales-"criaturas de la noche", dirían algunos-, tales como muertos vivientes, fantasmas, brujas, etcétera.
Para ahorrarte esas molestias, es vital comprar en la tienda de conveniencia, equipos de acampar, que puedes usar en fogatas regadas por el mundo y pastizales (dependiendo del tipo de mochila), lo que no evitará que te ataquen, si el equipo es modesto -una grata sorpresa, por cierto-.
Una vez establecido, el campamento te permite cocinar, cambiar de habilidades y, más importante que todo, dormir para ahorrarte los terrores nocturnos, recuperar toda tu salud (y la de tu grupo) y emprender el camino a la mañana siguiente. Entonces, no salgas sin tu mochila de acampar.
Los peones son uno de sus conceptos más fascinantes, pero no te encariñes
Parte clave de las mecánicas en este juego de fantasía son los peones -la forma rimbomante en la que Dragon's Dogma 2 se refiere a los companions típicos de todo RPG-. Debes de llevar tres en todo momento. Existe uno básico, que puedes diseñar a tu gusto, progresará contigo y te acompañará por tus aventuras. Ese es el más importante. El resto, son personajes intercambiables que no progresan, y aunque duele verlos morir o separarse de ellos, esto es necesario.
Su nivel de autonomía es algo muy interesante y refrescante, sin mencionar que platican entre ellos. No sólo atacan, sino que también encuentran cosas por ti, las señalan, las recolectan o hasta les pueden dar caza.
Regados por el mundo hay portales a otra dimensión, un plano espiritual repleto de peones, creados por Capcom o por otros usuarios, y quienes se unirán a tu grupo si así lo deseas, y si puedes pagar por sus servicios. Procurar cambiar de companions con frecuencia es aconsejable, para que estén a la altura de tu progreso y satisfagan tus necesidades en cada momento diferente del juego.
Las habilidades de los peones, un bono sorpresivo
Como dijimos al comienzo, Dragon's Dogma 2 no es un juego que te lleve de la mano y eso aplica en un sentido, más o menos, literal. El minimapa muestra dónde están los objetivos, pero no cómo llegar a ellos. El terreno es tan accidentado y las distancias, tan largas, que fácilmente puedes perterte y ser sorprendido por la noche. Esto, de nuevo, no es como tal un defecto, pero sí puedes encontrar maneras de agilizar los trayectos.
Dragon's Dogma 2 es un juego de caminar... y mucho más
Aunque te acabamos de decir que no te encariñes con los peones, si existe una excepción a esta regla, aplicaría a aquellos con la virtud de ser guías de misión -una característica claramente designada en su descripción-.
Los guías de misión son companions que conocen ciertas provincias y, por lo tanto, pueden llevarte a los objetivos localizados en esos territorios. Descubrimos, luego de varias horas, que resulta aconsejable, en la medida de lo posible, contratar peones que, independientemente de sus demás talentos, sean guías de misión, pues podrían ahorrarte muchos dolores de cabeza. Sólo hay que tener presente que estos companions conocen sólo ciertos territorios, así que no podrás explotar su talento en todo lugar y todo momento.
El viaje rápido sí existe, pero...
Como dijimos en el primer punto, Dragon's Dogma 2 es un juego de caminar... y mucho más, pero el viaje rápido sí existe, sólo que Capcom no quiere que lo uses con frecuencia.
Existen, en los grandes asentamientos, pilares mágicos a los cuales te puedes teleportar... si tienes costosas rocas mágicas, a la venta en las tiendas o que puedes encontrar en cofres. Cuando tengas una, protégela con tu vida para salir de un apuro, cuando estés en un lugar remoto, a la mitad de la noche y aquejado por el agotamiento. Sentirás que es un recurso providencial, más que una restricción, y esa es precisamente la idea.
Una alternativa adicional son los carruajes que hay en las posadas. Son más baratos que las rocas de teleportación, pero cubren rutas fijas -no puedes decirles que te lleven a donde quieras- y son objeto de ataques, así que puedes tomar una siesta, sólo para despertar y descubrir que un grifo (el animal mitológico) y un troll están atacando al grupo. ¿Todos los viajes sufren ataques? Es una buena pregunta que valdrá la pena que descubras por ti mismo.
Los escarabajos son sagrados
Como la mayoría de los RPG, Dragon's Dogma 2 es un juego de rol, tanto como lo es de gestión de recursos. No diríamos que tiene un problema de acumulación, como Fallout o Starfield, pero vas a terminar sobrecargado, tarde o temprano. Un buen paliativo para esta molestia es repartir la carga con tus peones, claro, pero una solución más contundente son los escarabajos dorados, regados por el mundo, y que incrementan, paulatinamente, tu capacidad de carga. Recógelos y úsalos inmediatamente para ir ampliando tu bodega interior.
Sufrirás con el sistema de respaldo
"Salva con frecuencia" es casi un mantra en los juegos de rol, pero aplica con especial énfasis en Dragon's Dogma 2, un juego tremendamente rígido en materia de respaldos. El juego no permite la creación de múltiples archivos y si mueres súbitamente, no tendrás más opción que la de recargar el último save automático -el cual no sabrás cuando ocurrió- o desde la última vez que estuviste en una posada, lo cual, probablemente, será varios minutos o hasta horas en el pasado, con resultados catastróficos, así que SALVA MANUALMENTE CON FRECUENCIA O PAGARÁS LAS CONSECUENCIAS.
El territorio es más que un adorno
Aunque buena parte del resultado de los combates depende de tu clase y la de tus peones, el terreno también cuenta, pues Dragon's Dogma 2 soporta cierto grado de interactividad con los escenarios.
Algunas puertas pueden abrirse con un ataque directo o un hechizo; los puentes caen, lo cual puede obligarte a tomar la ruta larga para llegar a un destino o ayudarte a derrotar a un gran jefe; existen numerosas presas de roca que puedes destruir para atropellar con su corriente a enemigos, río abajo. A falta de equipo para acampar, una caverna libre de enemigos puede ser tu mejor aliado durante la noche, y trepar es posible en muchas formaciones rocosas, colocándote en una posición ventajosa para atacar, si eres arquero o hechicero, por ejemplo.
Algunas clases se potencian entre sí
Existen, en Dragon's Dogma 2, 6 clases de guerreros. Aunque mezclar un poco de todo tiene sus ventajas, clases como hechicero y mago pueden efectuar ataques conjuntos o, simplemente, beneficiarse de la presencia de sus colegas de gremio si pelean juntos. Otras pueden apoyarse físicamente, para reanimarse o ayudarse a saltar sobre un enemigo, así que ten presentes esas interacciones a la hora de fichar peones.
El agua, un enemigo inesperado
Al igual que en Red Dead Redemption 1, Dragon's Dogma 2 no incluye -o al menos, no hasta donde vamos- mecánicas de nado, así que procura pelear lejos del agua o tú y tus peones estarán en riesgo de muerte (lo mismo que los enemigos). Si caes al agua, tentáculos rojos y fantasmales emergerán de ella, engulléndote en el proceso.
Ahí lo tienes. Dragon's Dogma 2 es un juego de una complejidad y profundidad superlativos, pero se disfruta muchísimo. Con algo de paciencia y teniendo en cuenta algunas de las observaciones que hemos hecho en este primer vistazo, confiamos en que puedas apreciarlo en unos pocos minutos, en vez de horas. Aún no hemos sacado una conclusión sobre el juego, pero podemos decirte, luego de 30 horas, que este juego es, en efecto, algo especial.
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