Horizon: Forbidden West - Burning Shores: reseña de la polémica expansión (exclusiva para PS5) que pone a Aloy en el ojo del huracán

Horizon: Forbidden West - Burning Shores: reseña de la polémica expansión (exclusiva para PS5) que pone a Aloy en el ojo del huracán

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Aunque quedó a la sombra de propuestas más populares -concretamente, Elden Ring-, Horizon: Forbidden West, pudo haber sido GOTY 2022, de no enfrentar tan legendaria competencia. Vasta,  hermosa, dinámica y espectacular, la aventura de Aloy por el Oeste de los Estados Unidos, sin lugar a dudas, fue un salto cuántico para la joven franquicia, y su expansión no pasaría desapercibida, si no fuera porque, de nueva cuenta, se topa con un calendario saturado de obras maestras. ¿Pero Burning Shores lo es también?

Antes de comenzar, vale la pena tener en cuenta que Burning Shores no pretende ser, solamente, un postre para la campaña de Horizon: Forbidden West. Guerrilla la vendió como una experiencia que, por su diseño, sólo saldría en PlayStation 5, a diferencia del material de origen, cuyo carácter intergeneracional siempre se prestó para cuestionamientos sobre cuán ambicioso pudo llegar a ser. Dicho eso, no era descabellado imaginar a Burning Shores como una primera probada de verdadera actualidad para el Decima Engine, herramienta que seguirá siendo la predilecta para los neerlandeses, de cara al futuro de la franquicia.

Una costa estrecha

Así las cosas, lo primero que llama la atención de Burning Shores es que la transición entre el escenario original y el nuevo precisa de una breve, pero poco elegante pantalla de carga, que si bien puede explicarse con mapa en mano -Los Ángeles, definitivamente, no colinda con Las Vegas-, es un incómodo recordatorio de algunas de las inexplicables asperezas técnicas que Guerrilla enfrentó con Forbidden West, la mayoría de las cuales ha quedado plenamente resuelta para esta expansión... la mayoría, aunque no todas. En Burning Shores, nos ocurrió una vez que, tras activar nuestra habilidad especial, el marco de color alrededor de la pantalla permaneció presente hasta que terminamos la sesión y recargamos.  Cosa menor, pero todavía hay uno que otro detallito.

Los Angeles

Surcando los cielos y sobre el lomo de su alasol, Aloy se abre paso hacia lo que, de no haber sabido que es L.A., hubiéramos confundido con un archipiélago del sudeste asiático. Siguiendo las más aceptadas predicciones geológicas contemporáneas, Guerrilla ve un futuro en el que Hollywood sucumbe a su actividad tectónica y se convierte en un mosaico de pedazos de terreno, atravesado por grandes extensiones de mar, espectaculares ríos de lava, exóticas playas y géiseres que, en mancuerna con tu planeador, te ayudarán a superar los acantilados escarpados.

Burning Shores introduce a la hidroala

Fiel al sello de la casa, las postales gráficas roban el aliento, pero a nivel jugable, suponen una experiencia claustrofóbica, donde cada espacio que visitas constituye un estrecho laberinto de ruinas y hierba que contrasta para mal con los liberadores paisajes abiertos de Forbidden West. Este es un detalle que va más allá del mero capricho, pues el combate súper dinámico y veloz de Horizon, jamás se ha llevado muy bien con los entornos constreñidos. Acá, estos sobran, por lo que no será raro que, a menudo te veas acorralado entre las enredaderas, los árboles o las rocas, tratando desesperadamente de distinguir a Aloy entre la maleza, para escapar del acoso mecánico. Esto también trasciende cuando peleas contra humanos -algo que harás con frecuencia en Burning Shores- pues el diseño de niveles y la geometría, muy a menudo ofrecen espacio insuficiente a Aloy para ejecutar los finishers, convirtiéndolos en conflictivas contorsiones físicas que pueden llegar a distraer.

Claustrofobia

En cualquier caso, el trabajo de conceptualización y el apartado visual no decepcionan y, como parte de tu aventura, puedes reconocer los remanentes de muelle de Santa Mónica, el aeropuerto internacional de Los Ángeles (LAX), así como el observatorio Griffith, el icónico letrero de Hollywood y el edificio Capitol Records, entre otros. Sobra la advertencia de que, A CONTINUACIÓN, VIENEN SPOILERS pesadísimos porque para jugar Burning Shores, necesitas haber terminado la main quest del juego original. Si no lo has hecho, para de leer y evita comprar la expansión, de lo contrario, gastarás en algo que no podrás disfrutar de inmediato.

Robots mecánicos, nuevas mecánicas

Aloy viaja a este nuevo paraje por encomienda de Sylens, quien descubre una amenaza que es preciso neutralizar, no sólo para beneficio inmediato de los quen, sino también para recabar información que pueda servir en la lucha contra Némesis, el enemigo que se cierne sobre el mundo para Horizon 3 (o cualquiera que vaya a ser su nombre). Como parte de la aventura, la heroína descubre a un nuevo grupo de marineros, entre quienes destaca Seyka, guerrera quien acompañará a Aloy a lo largo de su travesía.

Seyka Tendrás que ganarte a Seyka y a su pueblo

Por su diseño y verticalidad, este es un capítulo que es desesperante jugar, si no es sobre una montura voladora. Por lo mismo, Burning Shores introduce a la hidroala, un pterodáctilo mecánico, idéntico al alasol, cuya diferencia recae en su capacidad para zambullirse bajo el agua por unos segundos, lo que resulta indispensable para el cumplimiento de una misión específica, pero no vuelve a relucir en ningún otro punto de la main quest, cuando menos.

Hidroala

Mucho se habló del nuevo cielo, como uno de los adelantos que cerraban la puerta al PlayStation 4 en esta expansión. Si bien es verdad que el firmamento de Burning Shores ahora tiene volumen, ningún objetivo del hilo conductor te obliga a volar suficientemente alto como para "disfrutar" de estas nuevas nubes. El sublime aspecto de la bóveda celeste no está en entredicho, pero el precio a pagar por algo tan estático, no nos pareció justificado.

En fin, el caso es que Aloy y Seyka, rápidamente, se dan cuenta que comparten varios antecedentes y la misma meta -aunque por diferentes motivos-, y eso las lleva a trabajar juntas, siguiendo el rastro del nuevo enemigo, lo que las motiva, incluso, a combatir hombro con hombro, aunque sin mecánicas de juego especiales. Tú peleas por un lado y ella te apoya, como puede, por otro, pero realmente no hace mucha diferencia. Sentirás que combates solo/sola, como siempre lo has hecho. Es una oportunidad desperdiciada de haber intentado algo ligeramente distinto o un poco más complejo.

Este DLC vuelve a ser una pintura que te deja sin palabras

Además de los chapuzones de la hidroala, en materia de mecánicas, lo único "nuevo" que notamos, fue el uso de una ballesta, capaz de encajar anclajes en los muros, para ayudarte a trepar superficies inaccesibles por otra vía, ya sea que la uses para ayudarte a ti o a Seyka, pero no es algo particularmente ingenioso ni divertido. Disparas uno o dos de ellos en lugares obvios y tán-tán. Dicho eso, tu aliada tampoco estorba y enriquece el trámite de los acontecimientos con diálogos pertinentes que van desarrollándola, tanto a ella, como a su relación con Aloy, quien siempre había sido un personaje, más bien solitario. La expansión también abusa de los acertijos numéricos, algo que encontramos más tedioso que otra cosa.

Horizon Forbidden West 20230422183452 El trabajo de iluminación, como siempre, es sensacional

Seyka y sus compatriotas quen han hecho base en una isla que servirá como punto de encuentro y cuartel general. Como, durante la campaña original, encontramos un lugar similar, el impacto de asentamiento se ve muy disminuido, pero no deja de jugar un rol práctico en la estructura de la expansión. En él encontrarás lo mismo que en el resto de los pueblos de Forbidden West: cocina, comerciantes, mesa de trabajo, tatuador, misiones secundarias y venta de armaduras. Entre la mercancía más destacada estuvo una armadura quen legendaria, sumamente útil, a estas alturas de la aventura. Y es que, asumiendo que ya tienes cierto nivel de XP y de práctica con los controles, Burning Shores te avienta contra enemigos retadores casi desde el comienzo y, considerando que han pasado meses desde la última vez que te metiste a este mundo, volver a familiarizarse puede requerir un par de horas o, cuando menos, así nos pasó a nosotros.

Panzabilis

Afortunadamente, entre las herramientas inéditas para enfrentar los nuevos desafíos está el cañón de espectro, capaz de disparar rondas inteligentes que siempre hacen blanco en el objetivo, así como un láser súpercargado. Es un arma única, que da mucho sabor a la experiencia, pues no hay nada que se le parezca en el arsenal, relativamente, prehistórico de Horizon. Realmente te hace sentir poderoso, pero no rompe el juego porque, de hecho, los espectros son, ahora, uno de los adversarios más comunes. Y también hace su debut una especie animal, realmente retadora: el panzabilis, sapo gigante que además de saltar y escupir veneno, pone huevos con drones que te acosan todo el tiempo.

Rudos y técnicos

Ahora bien, aunque ya dijimos que las nubes no nos parecieron suficientemente trascendentes como para poner a Burning Shores lejos del alcance del PS4, la expansión sí tiene un elemento o, mejor dicho, un evento destacado que nos pareció suficiente pretexto como para justificar la exclusividad del DLC, pero que no nos gustaría echar a perder en una reseña. Nos limitaremos a decir que nos recordó algunas de las más colosales peleas de Kratos en los viejos días de God of War, y su escala nos hizo prestar más crédito a Guerrilla en su decisión de limitar el alcance de la expansión.

Burning Shores vale la pena

A propósito de observaciones técnicas, Burning Shores vuelve a ser un contenido de impactante apariencia, con un efecto prácticamente nulo en el desempeño. Si acaso, hacia el final, y dentro de un entorno cargado de elementos industriales y juegos de luces, nos pareció notar discretas caídas de tasa de cuadros. Pero, en general, este DLC vuelve a ser una pintura que te deja sin palabras.

Como el material original, Burning Shores se puede jugar en inglés con textos y subtítulos en español, o con doblaje latino de excelente calidad. La voz de Seyka le viene perfecto. Y aunque la música nunca nos ha parecido el punto fuerte de Horizon, en la expansión nos topamos con una que otra composición diferente que capturó nuestra atención, por incorporar sonidos más de corte celta, así como nuevos instrumentos.

Horizon Forbidden West 20230426192200 Un debate sin sentido

La última palabra

Desafortunadamente, no podemos terminar esta revisión sin hacer escala en algo que la comunidad ha traído a la superficie y es la historia, y en concreto, su desenlace. Como personaje, Aloy es uno que se ha distinguido por tener pocas capas, entregado siempre a la comunidad, como si de una monja se tratara. En ese sentido, darle la opción de tener pareja nos pareció satisfactorio, pero no necesariamente congruente con lo que Guerrilla había venido construyendo a lo largo de estos años.

Santa Monica

Dicho eso, el estudio ofrece alternativas y, para nosotros, la más consistente con el personaje es aquella que reza "no estoy lista para esto". En ella, Aloy reconoce que tratar con las personas es algo que se le ha dificultado y, con eso en mente, una relación le resulta abrumadora. Esta es una aprieciación 100% subjetiva y no tiene nada que ver con orientaciones, ni preferencias. Para nosotros, eso es irrelevante, y considerando que el estudio brinda opciones, el debate es un sinsentido.

En total, Burning Shores consta de 6 misiones principales que requieren, cuando mucho, 7 horas, aunque también hay un puñado de lugares explorables y tareas secundarias que llevan la extensión por encima de las 10 horas. En el transcurso de ese tiempo, Aloy sube unos 4 o 5 niveles de experiencia, dependiendo del grado de compromiso del jugador con las actividades suplementarias. La relación contenido/precio nos parece adecuada, no tanto así la cuota de innovación, pero considerando que esta constituye la expansión de un juego, de antemano, espectacular, Burning Shores vale la pena, aunque no es el DLC revolucionario que, por momentos, llegamos a esperar.

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