Hideo Kojima se ríe de la idea de volver a Snake Eater: el padre de Metal Gear Solid ya dejó atrás la saga que lo hizo leyenda

Hideo Kojima siempre ha sido un creador muy peculiar dentro de la industria. Su estilo visionario, su humor peculiar y su constante búsqueda de lo experimental lo convirtieron en un referente difícil de imitar. Pero también, en alguien que sabe cuándo cerrar ciclos.

A Kijima no le interesa Metal Gear Solid

Durante una entrevista reciente con SSENSE, el creador de Death Stranding dejó claro que no planea jugar Metal Gear Solid Delta: Snake Eater, el remake de la tercera entrega de su saga más famosa desarrollado por Konami. Su respuesta a la pregunta de si jugaría la nueva entrega de Konami fue directa y entre risas: “No, no lo haré”.

No sorprende. Kojima abandonó Konami en 2015 en medio de una ruptura amarga que marcó a toda la industria. No solo dejó inconcluso Metal Gear Solid V: The Phantom Pain, también vio cómo se cancelaba PT, su ambicioso proyecto de terror junto a Guillermo del Toro. Desde entonces, Konami ha continuado explotando la propiedad intelectual de Metal Gear sin su participación, mientras él ha preferido dedicarse a crear obras completamente originales bajo su estudio, Kojima Productions.

Lo interesante no es solo su negativa, sino lo que revela sobre su visión del presente de los videojuegos. En la misma entrevista, Kojima lamentó la falta de originalidad en los títulos AAA actuales. Criticó los tráilers repetitivos que dominaron eventos recientes como el Summer Games Fest, donde abundan las batallas contra monstruos medievales o alienígenas, y cuestionó lo predecible de los sistemas y los gráficos. Según él, la industria está atrapada en un ciclo de producciones infladas y costosas que, paradójicamente, llevan al cierre de estudios en lugar de garantizar estabilidad.

"Incluso los visuales y los sistemas son prácticamente los mismos, y mucha gente disfruta esto, lo entiendo, pero es importante incluir algo realmente nuevo para la industria", se lamenta Kojima.

En contraste, Kojima apuesta por lo extraño y lo independiente. A sus 61 años dice encontrar más inspiración en los museos que en los videojuegos; le interesan las obras que difuminan la frontera entre el autor y el público. Esta búsqueda constante de lo novedoso explica por qué proyectos como Death Stranding y su próximo juego, OD, despiertan tanta curiosidad: son propuestas difíciles de clasificar, hechas para provocar más que para complacer.

Mientras Metal Gear Solid Delta avanza sin él, Kojima sigue concentrado en seguir desafiando las expectativas. Para los fans, puede ser doloroso aceptar que nunca volverá a su saga más icónica, pero tal vez esa distancia sea necesaria: solo alejándose de su propia sombra puede seguir creando algo que valga la pena recordar.