Ni con las mecánicas clásicas fue suficiente: reseña de Assassin's Creed: Mirage, lo más nuevo de los asesinos busca pegar con la nostalgia a los fanáticos del Xbox 360 y PS3

Las últimas entregas de Assassin's Creed se han distanciado bastante de la fórmula clásica, apostando por convertirse totalmente en un RPG. Muchos fans de la franquicia han ansiado por años el regreso del parkour, el sigilo y la estrategia de antaño. Afortunadamente para todos ellos, Ubisoft prometió que, con Assassin's Creed: Mirage, recuperaría la esencia sobre lo que debe ser un juego de los Asesinos.

Con muchos lanzamientos importantes en el horizonte, más los varios proyectos de la franquicia que la desarrolladora francesa tiene sobre la mesa, tenemos que hacernos una gran pregunta: ¿vale la pena el nuevo Assassin’s Creed: Mirage? Aquí te lo contamos.

Por si no lo sabías, Assassin's Creed: Mirage es una precuela directa de Valhalla. Pero, antes de entrar de lleno al nuevo juego, te podemos asegurar que la historia funciona perfectamente sin la necesidad de saber qué pasó en el juego anterior. Si eres un fan acérrimo de la saga, pero por alguna razón dejaste de seguir el hilo de la continuidad, no tienes de qué preocuparte.

Basim no es el único protagonista

Mirage toma lugar en la ciudad de Bagdad, durante el siglo nueve d. C, varios años antes de los eventos que protagonizó Eivor. Para cuando tomamos el control, Bagdad vive una época de conflicto entre su gobierno, representado por el Califato y manipulado desde las sombras por la Orden, y los rebeldes, ciudadanos deseosos de una revolución, apoyados directamente por miembros de los Ocultos.

En medio del conflicto, se encuentra un astuto ladrón callejero de nombre Basim, que después de un trágico evento, muy en la onda de Ezio, terminará uniéndose a la Orden de los Asesinos. Aprovechando que jugamos en una etapa muy temprana del Credo, Mirage nos presenta el extenso entrenamiento de Basim, quien debe superar diversos obstáculos para ganarse la confianza de la hermandad, al mismo tiempo que debe crecer como personaje y relacionarse cada vez más con su entorno. Mirage no decepciona en su trama, pues cuenta con giros argumentales interesantes, un conflicto con diversas aristas y diversos puntos de vista que se sienten creíble, más una evolución sólida del protagonista, lo que seguro dejará encantados a quienes lo conocen por sus aventuras nórdicas.

Para el caso particular de esta entrega, la relación de Basim con su mentora, Roshan, es bastante conflictiva. Nuestro protagonista es obstinado y muy fiel a sus principios, por lo que siempre está chocando con la forma de pensar y hacer las cosas de Roshan. Sin entrar en terreno de spoilers, te adelantamos que la relación entre maestra y aprendiz fue uno de los principales ganchos a la hora de jugar la campaña.

A pesar de todo lo anterior, creemos que la historia de Basim no puede colarse entre las campañas más icónicas de la franquicia, pues le falta un poco más de esa magia tan especial que tuvimos con Altair y Ezio, por poner un ejemplo. Aunque claro, ese par representan, para muchos jugadores, el mejor momento de toda la saga. No nos malentiendan, no queremos decir que la historia de Mirage es mala, pero solo el tiempo nos dirá si Basim logra trascender tanto como sus predecesores… con todo y lo que simboliza para la historia reciente de la saga.

Por otro lado, no hay muchos estudios que puedan igualar la increíble representación histórica que Ubisoft siempre logra con cada entrega de Assassin’s Creed. Pero en Mirage, la ciudad de Bagdad llega a tener un protagonismo comparable con el de Basim. La atención al detalle es minuciosa, lo que le otorga varias capas de profundidad a la ambientación: niños jugando en la calle, conversaciones por todos lados, reacciones del entorno a los diferentes eventos del juego, una hermosa arquitectura en todos los edificios, interiores bellamente retratados, y un sin fin de aciertos por parte de la compañía francesa.

Como resultado, caminar por las calles de Bagdad nos hace sentirnos como si estuviéramos en un documental de National Geographic, o como turistas extranjeros que aprecian todas las edificaciones con un gran peso histórico. Tal es el caso del Palacio Azul, o la Casa de la Sabiduría, siendo esta última una impresionante biblioteca y universidad donde se reunían las mentes brillantes de todo el califato. De hecho, ahí se desarrolla una misión en la que no dejamos de distraernos por culpa de los bellos interiores y el tiempo que tuvimos para apreciarlos con lujo de detalle.

El sigilo clásico está de regreso

Habiendo sentado las bases de la historia, vayamos con el aspecto que más llama la atención del juego: el gameplay. Mirage es una combinación de mecánicas que vimos desde el primer juego de la serie y hasta Syndicate. Para empezar, es de nuestro agrado informarles que el parkour está de regreso. Justo como lo recordamos los más veteranos del Xbox 360 y PS3, la experiencia de ir tejado por tejado, usar andamios, pequeños ladrillos de los edificios y cuerdas que conectan con los techos, regresa para sacarnos, en más de una ocasión, un suspiro de nostalgia.

Aun así, creemos que a esta mecánica le falta un poco de realismo, para lograr una experiencia más natural a la hora de desplazarnos por el mapa. Quejas que se arrastran desde hace un par de generaciones, en donde no es tan sencillo escalar estructuras naturales, ni saltar rejas, sin importar el tamaño y por más  lógico que parezca en relación al movimiento del protagonista. Teniendo en cuenta el avance de las consolas, es un tanto extraño que sigamos con estos mismos inconvenientes en pleno 2023.

Pero bueno, pasemos a los otros elementos clásicos que regresan y que llegan con un par de cambios, hablamos del sigilo y los asesinatos. El sigilo en Mirage es prácticamente una calca de lo que vimos en las entregas clásicas, con el uso de arbustos, sillas, multitudes y demás cosas del entorno para camuflarse, dejándonos con nula novedad en ese aspecto, pero como bien dicen por ahí: “si algo no está roto, no lo arregles”.

Por otro lado, los asesinatos sí recibieron un añadido importante, que incluso puede llegar a romper el reto de las mecánicas clásicas del juego. El Enfoque Asesino es una función que permite a Basim pre-seleccionar a más de un objetivo para que se ejecute un asesinato automático.

Para que no spamees esta habilidad una y otra vez, Ubisoft Bordeaux implementó una barra de enfoque, que dependiendo de la cantidad de slots disponibles, nos permitirá eliminar a varios enemigos en un movimiento automático. Dicha barra se recarga a través de los asesinatos silenciosos, lo que, en apariencia, limita el uso de este elemento. Sin embargo, conforme avanzas en el juego, podrás adquirir ventajas que rápidamente eliminan todo límite para usar el Enfoque Asesino. Con miras a tener una mejor experiencia, optamos por descartar este agregado durante la campaña, para así tener un desafío real a la hora de eliminar enemigos.

A pesar de su enfoque clásico, Ubisoft Bordeaux también trajo de regreso algunos elementos que vimos en Valhalla, para crear una fusión más interesante. Por lo tanto, durante el juego tendremos que pasar un poco de tiempo mejorando nuestro árbol de habilidades, así como nuestro equipo: atuendos que irás recolectando al acabar misiones o espadas y dagas que harán uso de materiales para mejorar levemente sus estadísticas. Dichos agregados no terminan por influir radicalmente en el juego, al nivel del Enfoque Asesino, por ejemplo, pero consideramos que es un acierto su poca relevancia a la hora de completar objetivos.

Dicho lo anterior, toca mencionar lo que consideramos es el punto más débil de Assassin’s Creed: Mirage: sus misiones. A lo largo de las 17 horas que nos llevó terminar la campaña, notamos que la estructura de éstas consiste, en su gran mayoría, de realizar una breve investigación de casos por todo Bagdad, escabullirte por una fortaleza y completar un objetivo: ya sea asesinar a un miembro del Califato, robar un objeto preciado para los Ocultos, o rescatar a algún rebelde que se encuentra en prisión.

Esta estructura se repite tanto que terminamos hartos. Hizo falta algún otro complemento que estuviera relacionado con los orígenes de nuestro personaje. Por ejemplo, en Black Flag, además de ser un Asesino, Edward Kenway también era un pirata, y varias de las misiones principales y secundarias radicaban en, justamente, ser un pirata. En Mirage está presente una pequeña subtrama de Basim y el jefe de los ladrones, pero es tan irrelevante, que puede pasar completamente desapercibida.

Y es aquí donde la nostalgia que aplaudimos en el gameplay, comienza a cobrar factura. Si no extrañas o no estás enamorado de la fórmula clásica de Assassin’s Creed, es probable que este juego no sea para ti.

Y ya que estamos en los puntos malos, la inteligencia de los NPC enemigos es lamentable. Aunque las fortalezas están repletas de guardias del Califa, eso no significa que tengamos un reto. Su programación está igual de atrasada que las ideas detrás de las misiones, con una evidente ausencia de movimientos y conductas realistas, así como mucha torpeza para vigilar el recinto. De hecho, en los únicos momentos en donde tuvimos que “meterle coco” y pensar en mejores estrategias para enfrentar a los guardias, fue cuando estos estaban colocados en una posición en específica y sin patrones de movimiento. Pero eso ya pasó hasta las misiones finales del juego.

Durante nuestro paso por Bagdad, el problema que más encontramos en nuestras sesiones de juego fue un leve popeo en las texturas de distintas partes de las ciudades, con estructuras, ropas y elementos naturales que no cargan del todo. Tal vez se deba a que jugamos una versión que todavía no recibía el parche de día uno, pero fue bastante notorio. En general, fueron pocos los errores que encontramos en nuestra aventura, como en un par de ocasiones donde nos encontramos con un problema que nos impedía desenfocar a un enemigo incluso después de haberlo derrotado, obligándonos a cargar el último guardado automático.

Un lujo visual

Es turno de hablar del apartado técnico de Mirage. Jugamos en una PS5 y te aseguramos que el juego corre y se ve excelente. Este título cuenta con dos modos gráficos: Rendimiento, que prioriza los 60 cuadros por segundo, pero disminuyendo la calidad de las texturas; y el modo Calidad, en donde la iluminación, los detalles en el mapa de Bagdad, y todos los personajes en pantalla se ven increíbles, de lo mejor que ha hecho Ubisoft hasta la fecha, con una definición de 4K a 30 cuadros.

Eso sí, ambos modos tienen sus pequeños detalles, pues en el caso de Rendimiento notamos un bajón en los cuadros por segundo durante ciertas cinemáticas. Mientras que en el modo Calidad, el cursor del menú tenía una una pobre velocidad de respuesta. Creemos que ninguno de los dos casos es una situación grave, y seguramente un parche será la solución, pero aún así hay que mencionarlo.

Otra cosa que vale la pena destacar es que en Mirage nos encontramos con varias opciones de doblaje. El juego cuenta con inglés, español de España y doblaje al árabe. Comenzamos jugando con los diálogos en inglés, pero cuando probamos con las voces en árabe, sumado al increíble detalle gráfico de Mirage, quedamos fascinados.

Escuchar a los personajes hablar en su idioma nativo nos transmitió otra clase de sentimientos y expresiones en comparación con su doblaje en inglés. Como sucede en cualquier serie o película que es traducida a nuestro idioma,  por más que el doblaje sea de calidad, algunas intenciones se llegan a perder con el doblaje. Mirage es uno de esos casos particulares en donde el esfuerzo detrás de la adaptación permite encontrarnos con un nivel de profundidad más interesante, lo que nos recuerda que esta industria es capaz de romper cualquier frontera.

¿Vale la pena Assassin’s Creed: Mirage?

Después de todo esto nos queda la gran pregunta, ¿vale la pena Assassin’s Creed: Mirage? Pues depende: si eres un fan acérrimo de la saga y extrañabas el gameplay de antaño, este juego no te decepcionará; la combinación de elementos viejos y los de entregas recientes, aunado a la increíble ambientación, dan como resultado un juego muy divertido y emocionante.

En cambio, si eres un fan de Valhalla, o este es tu primer Assassin’s Creed, te vas a encontrar con una campaña extremadamente repetitiva y poco interesante. Por lo que te recomendamos esperar a alguna oferta o de plano a que lo agreguen al catálogo de Xbox Game Pass o PlayStation Plus.

Teniendo en cuenta la enorme lista de juegos que Ubisoft tiene planeados para los siguientes años, Assassin’s Creed: Mirage se siente como una antesala a la siguiente etapa de la saga, incluso como una despedida de la fórmula clásica. Esperamos que los siguientes proyectos de Assassin’s Creed realmente muestren una evolución y que puedan dejar sin palabras a todos los fanáticos.