La amenaza más despiada de The Last of Us viene del Cordyceps, pero no sale en la serie: ¿Qué son las esporas y por qué son tan inquietantes?

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Diego Gutiérrez

Editor
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Diego Gutiérrez

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Estudiante universitario de Comunicación y Periodismo, amante de los deportes, fanático del buen cine y del manga/anime, entusiasta de los videojuegos y, ahora, editor en 3DJuegos LATAM. Mi juego favorito es TLOZ Ocarina of Time, porque es el que me introdujo a este apasionante, y a la vez viciante, mundo del gaming.

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El Cordyceps es el culpable de que el mundo de The Last of Us haya caído en el apocalipsis. Sin embargo, aquellos que jugaron el juego saben que el mayor terror de los sobrevivientes no son los humanos infectados: hay una amenaza casi invisible que es más aterradora. ¿Qué son las esporas y por qué son tan peligrosas?

Las esporas del Cordyceps: el verdadero terror de los juegos

En The Last of Us, las esporas son una de las amenazas más inquietantes del universo postapocalíptico que presenta el juego. Estas diminutas partículas son liberadas por el Cordyceps, el hongo responsable de una devastadora pandemia que convierte a los humanos en seres violentos e irreconocibles.

A diferencia de los infectados, que representan un peligro visible y directo, las esporas operan de forma silenciosa pero letal: flotan en el aire, invisibles, listas para invadir el cuerpo de cualquiera que las inhale sin protección. Estas zonas contaminadas suelen encontrarse en espacios cerrados, húmedos y oscuros, como túneles o sótanos abandonados.

En esos momentos, el jugador debe ponerse en la piel de Joel o Ellie, atravesando lentamente estos ambientes con una máscara de gas bien ajustada, mientras el silencio y la tensión se apoderan de la escena. El simple hecho de quitarse la máscara en uno de estos lugares significa una condena segura. Así, las esporas se convierten en un elemento que refuerza la sensación de peligro constante que caracteriza al juego.

La serie dejó fuera a las esporas... por ahora

Curiosamente, la serie de Max decidió prescindir de las esporas. En su lugar, introdujo un sistema de propagación más visual: la transmisión directa por mordidas. Esta decisión creativa responde en parte a las limitaciones del medio televisivo y al deseo de crear una narrativa más dinámica y comprensible para el espectador, sin depender de explicaciones técnicas ni del uso constante de máscaras.

Aunque este cambio generó debate entre los fans, lo cierto es que ambas versiones exploran la misma idea: el mundo ya no es seguro, y la infección puede estar en cualquier parte, ya sea en el aire o en el cuerpo de un ser querido. Las esporas, en el juego, encarnan ese terror invisible que te obliga a pensar dos veces antes de avanzar, recordándote que el peligro no siempre hace ruido, pero siempre está presente.

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