El PS1 es una consola legendaria: no solo puso a Sony en el mapa de la industria de los videojuegos, sino que fijó un estándar de calidad y le quitó a los videojuegos la idea de que eran solo para niños en un momento decisivo para el medio. Pero también nos entregó muchos horrores, y no precisamente en forma de videojuegos: el icónico sonido de inicio de la consola se convirtió en una pesadilla para más de un jugador, especialmente cuando la consola se glitcheaba, entregándonos una pieza digna de cualquier Silent Hill.
El aterrador sonido de la PS1
El sonido de inicio del PS1 es uno de los más icónicos que hayamos escuchado en cualquier consola: comenzaba con un suave y familiar ruido de arranque, seguido por un elegante jingle de campanas que anunciaba que la consola estaba lista para iniciar. Pero hay algo que muchos jugadores no saben:esta pieza musical se podía corromper, ofreciéndonos una experiencia verdaderamente aterradora.
Conocida como Fearful Harmony, esta versión glitcheada del sonido de inicio se manifestaba cuando la consola comenzaba a experimentar fallos. Aunque arrancaba como el sonido tradicional, rápidamente la parte final se distorsionaba, transformando el jingle de las campanas en una serie de tonos elevados y frenéticos que se repetían de manera más rápida y errática.
El origen de Fearful Harmony se debe a una alteración del proceso de arranque, generalmente ocasionada por discos sucios o dañados que no se leían correctamente. De esta manera, la combinación de un sonido familiar que se transformaba en algo errático y desagradable, junto con la pantalla negra o parpadeante que aparecía en esos momentos, creaba una atmósfera de incomodidad. A muchos jugadores les parecía como si la consola estuviera desmoronándose o algo extraño estuviera a punto de suceder, como si... de repente hubiese sido poseída.
A pesar de su naturaleza de fallo, Fearful Harmony dejó una marca indeleble en la memoria colectiva de quienes lo escucharon. Aquella extraña y desconcertante distorsión no solo evocaba un sentimiento de terror: también se convertía en una curiosidad oculta, una anomalía que solo unos pocos pudieron experimentar. Y en un mundo donde lo extraño y se mezcla con lo nostálgico, esta pieza de audio resultó ser también una de las huellas imborrables del PS1.
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