Cualquier fan de los videojuegos sabe que las mujeres han sufrido enormemente de insultos, acosos, y otro tipo de maltratos en esta industria, y tristemente, no parece que el problema vaya a desaparecer en el futuro próximo. En Latinoamérica, la situación ha empeorado gravemente, tal y como lo demostró un reciente estudio.
La Asociación de Mujeres en la Industria de los Videojuegos de Chile fue la responsable de este estudio (via Infobae), donde 1,518 chicas gamers participaron en el experimento. Entre ellas, 65.5% eran aficionadas de los videojuegos (Minecraft y The Legend of Zelda, especialmente), mientras que el 34.5% restante trabaja en la industria profesionalmente, ya sea como desarrolladora o creadora de contenido (youtuber, streamer, etc.).
Tras pasar una cantidad indefinida de tiempo jugando en línea, el 90% de ellas aseguró sufrir acoso por parte de otros jugadores; discriminación de género y múltiples insultos estuvieron a la orden del día, y tristemente, la cifra ha incrementado año con año, pues este estudio se ha llevado a cabo desde 2018 (hasta donde sabemos), y los resultados son cada vez peores.
Cada vez hay más acoso hacia las mujeres gamers, una triste realidad
Latinoamérica y su problema con las mujeres gamers
Aunque es un problema a nivel mundial, el incremento de acoso hacia mujeres gamers es una situación especialmente grave en Latinoamérica; sabemos que nuestra región se ha catapultado como una potencia en la industria, y muchos estudios han prestado atención especial a esta comunidad, posible razón por la que así como lo bueno ha crecido, también lo malo.
Muchos juegos, como Overwatch, se han caracterizado por contar con comunidades muy tóxicas, y por ello, las mujeres gamers prefieren hacerse pasar por hombres o de plano no hablar en el chat, para así disfrutar el juego y evitarse las molestias. Una verdadera pena, y esperemos en el futuro se logre una igualdad de género entre jugadores, pues las mujeres poseen la misma pasión y potencial de habilidad que los hombres en videojuegos, y todos deberíamos darnos cuenta de ello.