Dentro de la industria de los videojuegos existen diversas visiones sobre creación y producción, que suelen chocar constantemente entre sí. Fumito Ueda pertenece al tipo de diseñadores de videojuegos que suele lanzar un título solamente cuando está completamente conforme. Esto lo lleva a estar trabajando silenciosamente por mucho tiempo, siendo su última publicación The Last Guardian en 2016 para PS4.
No obstante, todo indica que este 2023 sería el año en que Fumito Ueda presentaría su nuevo juego, el que todavía desarrolla junto a su estudio GenDesign. Aunque no es totalmente oficial, su entrevista a la revista Famitsu (vía Gematsu) esperanza a sus fans en que pronto podrán disfrutar de su nuevo trabajo.
Sobre el nuevo juego se conocen una imagen nciar algo, así que sigan dándonos su apoyo"
Por ahora, sobre el nuevo juego se conocen una imagen teaser de 2018 que muestra a una mujer cerca de un altar con varias palomas; y una captura de pantalla fechada en 2021 que muestra la espalda del posible protagonista. Todo indica que seguirá explorando el género fantasía como en sus trabajos anteriores: ICO, Shadow of the Colossus y el ya mencionada The Last Guardian.
Cuando Fumito Ueda no aparece públicamente es porque está tramando algo, esta imagen del 2018 nos lo dejó entrever
También se sabe que está siendo apoyado por Epic Games asumiendo los costos del desarrollo, los sueldos de los trabajadores y los gastos de comercialización. Está presupuestado que salga para PC y posiblemente para consolas. Si bien la parte económica es importante, Epic Games ofrece total libertad creativa, algo que es vital para el trabajo de Ueda.
El arte siempre primero
Fumito Ueda tiene una relación especial con los videojuegos, dándole mucha más importancia a lanzar títulos que puedan mostrar cabalmente su visión creativa. Esta relación con el arte se debe a que incursionó en este rubro, pero sin éxito. Los videojuegos de Fumito Ueda destacan por la calidad artística, grado emocional, argumentos simples, escenarios sobreexpuestos y por sus pocos diálogos. A este estilo, el mismo Ueda lo bautizó como “diseño sustractivo”.