Francia experimenta, desde hace 3 días, algunas de las protestas más violentas que el país haya visto en los últimos años, luego de que un policía asesinara a un joven de 17 años, oriundo de la prefectura de Nanterre, en los suburbios de París. Y, como si se tratara de una repetición de lo visto en otros países, a lo largo de la última década, hoy, Emmanuel Macron, presidente de Francia, buscó una explicación y la encontró en los videojuegos y las redes sociales.
Macron dijo que lo ocurrido es lamentable, pero también que este debería ser un momento de reflexión y respeto. Sin embargo, el acontecimiento se ha convertido en un pretexto para violencia incomprensible e inaceptable.
Las redes sociales juegan un rol muy significativo en los eventos de los últimos días. En varias plataformas, como Snapchat, TikTok y otras, vemos ambas, la organización de la violencia y la replicación de la violencia que, en entre los más jóvenes, genera una sensación de irrealidad. Parece como que algunos de ellos están experimentando en las calles, los videojuegos que les han intoxicado. Un tercio de los arrestados de anoche son jóvenes, muy jóvenes. Es responsabilidad de los padres que permanezcan en casa, así que es importante para la tranquilidad de todos el ejercicio pleno de la paternidad responsable.
The President of France, Emmanuel Macron has blamed “Video Games and Bad Parenting” for the Mass Riots that have been ongoing across the Country for over 3 Nights. pic.twitter.com/fGrLZiOF8y
— OSINTdefender (@sentdefender) June 30, 2023
El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha culpado a los "videojuegos y la mala crianza" de los disturbios masivos que han estado ocurriendo en todo el país durante más de 3 noches.
No es la primera vez
No es, ni por mucho, la primera vez que un mandatario recurre a los videojuegos como chivo expiatorio. Donald J. Trump, presidente número 45 de los Estados Unidos, recurrió a ellos en repetidas ocasiones, especialmente luego de tiroteos en masa -un evento, tristemente común en aquel país-. Mientras que en Brasil y México, tanto Lula da Silva, como Andrés Manuel López Obrador, también los han convertido en blanco, varias veces.