Si por algo se caracteriza Team Fortress 2, es por ser uno de los juegos con la mayor comunidad de hackers. Los hay de todos los tipos: quienes utilizan su poder para ganar automáticamente las partidas, los que se llenan de skins, y los que gozan de hacerle la vida de cuadritos a los demás jugadores.
Por eso Valve se puso manos a la obra, y como no podía castigar a los tramposos, premió a los jugadores más rectos con un objeto que al día de hoy se ha convertido en uno de los más raros.
Los injustos no la pagan, pero los justos son recompensados
Los hackers son el pan de cada día en Team Fortress 2. Conscientes de esto, hace algunos años la compañía de Gabe Newell introdujo dentro del juego un sistema de obsequios basado en el tiempo que los jugadores pasaban dentro de Team Fortress 2: de esta manera combatían a todos esos tramposos que con códigos u otras prácticas menos loables se hacían de premios dentro del título en un abrir y cerrar de ojos.
Pero esto llevo a que miles de jugadores solo iniciaran sesión y se mantuvieran lejos de su teclado, esperando que las recompensas llegaran de manera fácil. Incluso hubo hackers que lograron franquear el sistema, obteniendo dichas recompensas como si hubieran pasado el suficiente tiempo dentro del FPS. Fue en ese momento que a Valve se le ocurrió la verdadera solución: premiar a los jugadores fieles.
De esta manera, Valve creó uno de los objetos más raros del juego: el Lamento de los Tramposos, un cosmético que ponía una aureola sobre el personaje del jugador. Este objeto solo fue entregado a los jugadores que no recurrieron a medidas sospechosas para hacerse con algún premio, y fue una especie de advertencia moral para los jugadores tramposos.
Sí: esto no cambió en nada la jugabilidad del título, pero por lo menos sirvió como reconocimiento para todos esos gamers que decidieron seguir andando por el camino del bien.
Ver 0 comentarios