Cumplir 30 años en la industria de los videojuegos significa que hablamos de todo un legado, y Wolfenstein 3D es definitivamente uno que merece reconocimiento de cualquier fan del género FPS. Sin importar si juegas Call of Duty, Overwatch o Counter-Strike, hay que dar crédito a quien inspiró a múltiples desarrolladores alrededor del mundo a crear estas exitosas franquicias, pues aunque DOOM fue quien se llevó gran parte de este honor, no podemos olvidar aquellos días donde aniquilábamos nazis mientras intentábamos escapar de una fortaleza.
Por estos recuerdos, y celebrando su 30 aniversario, el equipo de 3DJuegos LATAM se dio a la tarea de analizar lo que realmente significó Wolfenstein 3D en el mundo de los shooters: qué revolucionó en su momento, por qué no es tan recordado como DOOM, y obviamente, el legado que dejó en un género extremadamente popular hoy en día.
Cabe aclarar, que no detallaremos absolutamente todo, pues decidimos enfocarnos en las partes más importantes del juego que dejaron impacto. De igual manera, Wolfenstein 3D tuvo muchas versiones con sus respectivas diferencias, pero esta redacción se enfocará únicamente en el lanzamiento original para PC en mayo de 1992.
La expansión a 3 dimensiones
Hoy podrá sonar como algo básico en videojuegos de disparos, pero antes de Wolfenstein 3D, los jugadores únicamente habían experimentado shooters en 2 dimensiones, algo que se sigue empleando hoy en día debido a su disfrute como un subgénero con amplias diferencias, pero la esencia de los FPS cae, en gran parte, en un mundo 3D que presumió tanto este título de id Software que incluso el estudio lo colocó dentro del mismo nombre.
La perspectiva en 3 dimensiones no era una al 100%, pues Wolfenstein 3D contó con escenarios y otros elementos generados en 2D. Sin embargo, esto no rompió la ilusión de exploración en la enorme fortaleza nazi, pues aunque los objetos siempre nos mostraran el mismo lado aunque los rodeáramos, el jugador podía moverse con libertad hacia cualquier ruta: en frente suyo, detrás, o a los lados.
Sin embargo, lograr esto no fue nada fácil en la época. Se necesitaron equipos de gran potencia para alcanzar este potencial, y algunas mecánicas tuvieron que dejarse a un lado para no "romper" el juego, como la posibilidad de subir o bajar la mirada, una herramienta que hoy en día es básica para cualquier FPS. Debido a esto, los desarrolladores se encargaron de que estas ausencias no se extrañaran en la jugabilidad de Wolfenstein 3D, algo que obviamente se siente más al disfrutarlo hoy que en aquella época.
La jugabilidad de Wolfenstein 3D
El sentimiento de libertad fue toda una sensación
Cuando un juego inspira a grandes como DOOM y Quake, sabes que estás lidiando con un "padre" de los videojuegos. Wolfenstein 3D quizás no sea la gran cosa al verlo hoy, pero la sensación que causó jamás debería ser olvidada, pues como ya dijimos antes, el hecho de que fuera ignorado tan sólo un año después (gracias al mismo estudio) no debería quitarle crédito a la revolucionaria jugabilidad que ofreció esta entrega.
Haciendo buen uso de la ya mencionada expansión a 3 dimensiones, Wolfenstein 3D combinó efectivamente la exploración con la lluvia de balas en pantalla, ofreciendo más que un simple simulador de disparos o una experiencia side scroller, como la saga Contra. De hecho, el panorama amplio ahora permitía la introducción del sigilo antes de comenzar los combates, aunque claro, esto último fue ignorado con los jefes del juego para mantenerse fiel al desafío en este tipo de combates.
El juego ayudó al crecimiento de comunidades apasionadas por los FPS
La exploración también añadió un par de elementos importantes en el gameplay de Wolfenstein 3D: secretos mejor escondidos y una atmósfera más tétrica. El primero no era nada nuevo en la industria; múltiples lanzamientos pasados ya poseían objetos especiales y uno que otro easter egg en espera de ser hallado, pero hacerlo en este título aumentó la sensación de recompensa, nuevamente por la apertura de las 3 dimensiones.
En cuanto a la atmósfera, ésta se lograba gracias a una exploración que permitió mayor libertad sobre entregas anteriores del género. De hecho, esta combinación resultó tan efectiva que incluso podríamos decir que inspiró a ciertos títulos dentro del género survival horror con elementos FPS, como Bioshock y algunas experiencias en primera persona de Resident Evil.
Wolfenstein 3D: un impacto que catapultó al éxito a una empresa
Quién diría que Hitler haría algo tan bueno por la industria de los videojuegos
Al igual que Super Mario Bros. y The Legend of Zelda hicieron con Nintendo, Wolfenstein 3D provocó una atención tremenda hacia los próximos proyectos de id Software, misma que ayudó al crecimiento del género FPS en la industria no sólo entre desarrolladores, sino en comunidades crecientes que comenzaron a mostrar su pasión por este tipo de juegos.
Es por ello que DOOM llegó con tan tremendo golpe en 1993, pues la gente ya sabía que lo siguiente del estudio sería grande. Podríamos ver entonces a Wolfenstein 3D como el título que puso en bandeja de plata el lanzamiento de DOOM, mismo que se aferró al legado que inició su hermano mayor y utilizó para apoyar aún más la popularidad de los shooters en un mercado plagado de títulos de plataformas en aquella época.
Hoy en día, la saga Wolfenstein no cuenta con la misma popularidad de sus primeros años, pues aunque la saga ha permanecido intacta con lanzamientos modernos, éstos se encuentran muy lejos de robarse la atención de los fans sobre otras franquicias modernas. Aún así, y tras 30 años de historia, es importante recordar porqué Wolfenstein 3D logró tanto con tan poco en 1992, pues ser considerado el pionero de un género no debería ser ignorado por nadie que disfrute de un FPS hoy en día.