Netflix también sacude la industria de los videojuegos con la compra de Warner Bros: todos los estudios que se incluyen en el acuerdo

Durante las últimas horas, la industria del entretenimiento ha sido sacudida por un anuncio que redefine el equilibrio de poder en el sector: Netflix ha confirmado la adquisición de Warner Bros por un monto total de 82.700 millones de dólares. La noticia, presentada oficialmente como una alianza estratégica destinada a reforzar el músculo creativo en cine, televisión y plataformas de streaming, abre un frente menos visible pero igual de relevante: el futuro de los videojuegos bajo el nuevo ecosistema de Netflix.

Netflix cambia el panórama del gaming

Aunque para el público general Netflix sigue siendo sinónimo de series y películas, la compañía lleva tiempo buscando consolidar su presencia en el mercado interactivo con la incursión de Netflix Games. La incorporación de Warner Bros amplifica de manera inmediata esa ambición, pues la mítica compañía no solo posee algunas de las franquicias más influyentes del entretenimiento moderno, sino también una división de videojuegos que, durante más de una década, ha sido clave para definir estándares narrativos, técnicos y comerciales dentro de la industria.

Por ahora, el panorama es de cautela. Warner Bros Games forma parte del paquete adquirido, pero el comunicado oficial no detalla cómo se integrará esta división dentro de la estructura corporativa de Netflix. Se habla de continuidad operativa, pero sin precisar si esa continuidad implica autonomía creativa, reestructuración interna o un giro estratégico enfocado a potenciar Netflix Games como plataforma central de distribución.

La incertidumbre no es menor si se consideran los estudios implicados. NetherRealm Studios, liderado por Ed Boon, es responsable de sagas fundamentales del género de pelea. Mortal Kombat, desde su novena entrega en adelante, ha vivido una etapa moderna marcada por cinemáticas ambiciosas y una narrativa serializada poco común en el género. Injustice, por su parte, logró trasladar el universo DC al combate cuerpo a cuerpo con una identidad propia. La posible integración de estas franquicias al ecosistema de Netflix plantea preguntas sobre su modelo de lanzamiento, su monetización y su alcance en nuevos públicos.

Rocksteady Studios representa otro punto crítico. El estudio británico redefinió los juegos de superhéroes con la trilogía Batman: Arkham, estableciendo una referencia que todavía hoy influye en el diseño de títulos de acción y aventura. Su proyecto más reciente, Suicide Squad: Kill the Justice League, forma parte del mismo universo narrativo. Bajo Netflix, Rocksteady podría encontrar nuevas vías de expansión transmedia, pero también enfrentarse a presiones para adaptar sus producciones a estrategias más cercanas al streaming que al desarrollo tradicional de videojuegos premium.

El caso de Avalanche Software es distinto, pero igualmente significativo. Hogwarts Legacy demostró el enorme potencial comercial de una franquicia bien gestionada dentro del videojuego de mundo abierto. El éxito del título convirtió al estudio en una pieza estratégica para Warner Bros, y ahora para Netflix, que podría ver en el universo de Harry Potter una oportunidad natural para cruzar videojuegos, series y otros formatos interactivos.

TT Games completa este bloque con un perfil más familiar, pero no menos influyente. Sus adaptaciones de LEGO han llevado franquicias como Star Wars, DC Comics y Harry Potter a un público transversal, combinando humor, cooperación local y accesibilidad.

A falta de confirmaciones oficiales, todo apunta a que los próximos días serán clave para conocer la hoja de ruta definitiva. La operación no solo redefine la relación entre cine, televisión y videojuegos, sino que también pone sobre la mesa una de las reorganizaciones corporativas más profundas de los últimos años dentro de la industria interactiva. 

Si Netflix decide apostar de forma decidida por estas franquicias, el mercado podría enfrentarse a un nuevo paradigma en el que los videojuegos de gran presupuesto convivan, se distribuyan o incluso se conciban desde una lógica similar a la del streaming, algo por lo que Xbox ya ha apostado desde hace unos años con Game Pass.