La NES fue diseñada para parecerse a este dispositivo electrónico casero por cuestiones de marketing

La NES puso la primera primera piedra de lo que actualmente se le conoce como la industria de los videojuegos. A este punto de la historia, poco se puede decir de la primera consola de Nintendo que no se sepa, porque su legado se documentó hasta con el más mínimo de los detalles en todos los medios posibles. 

Sin embargo, esta documentación por lo general resume el impacto tecnológico, financiero y cultural del dispositivo retro, dejando de lado su estrategia de lanzamiento. Por ello, ¿has notado que la NES se parece mucho a un objeto de tu casa que usaste en la infancia? Su peculiar diseño cuadrado fue hecho con un propósito de marketing.

El dispositivo que la NES imitó en estética 

A principios de los ochenta, los videojuegos vivieron una de las peores crisis de credibilidad de la historia. Las personas no compraban nada relacionado con consolas y Nintendo lo sabía muy bien. Para contrarrestar eso, la compañía japonesa decidió que la versión de la Famicom que lanzarían en Estados Unidos sería diferente.

Una de las diferencias más visibles entre la NES y la Famicom fue el diseño externo. La edición japonesa sí parece una consola de videojuegos, algo que Nintendo quería evitar en occidente, mientras que a la NES se le aplicó un cuerpo gris rectangular con ranura frontal para cartuchos, lo que imitaba el diseño de un reproductor VHS.

Esto no fue una coincidencia. La campaña de marketing secreta de Nintendo consistió en que la NES fuera percibida como sistema de entretenimiento doméstico, evitando palabras e imágenes que recordaran a un videojuego de forma explícita. De ahí que los consumidores asociaron a la NES con un aparato con el que estaban familiarizados, lo que les funcionó para superar el prejuicio que existía hacia las consolas en plena crisis.

Las consolas dejaron de ser juguetes 

Antes de la NES, las consolas de videojuegos entraban en la categoría de juguetes y no de tecnología. Fue a partir de este punto con la masiva popularidad de Nintendo en Estados Unidos cuando surgió un ecosistema económico sostenible para desarrolladores y distribuidores de juegos y consolas, convirtiéndose en una industria formal ya profesionalizada.