La industria del videojuego se enfrenta a un nuevo problema que por el momento afecta casi en exclusiva al mercado japonés, pero puede replicarse en resto del mundo, el yen está cada vez más débil, lo que significa que las consolas que se venden en el mercado asiático tienen una notable desigualdad de precios con respecto a las que se venden en el resto del mundo. PS5, Xbox Series X/S y Nintendo Switch son alrededor de 100 dólares más baratas en Japón que en otros mercados internacionales.
Grandes compañías tecnológicas como Apple o Xiaomi han subido ya el precio de sus productos en Japón para dejar de perder dinero en la venta de smartphones, pero la industria del videojuego es reacia a llevar a cabo estos movimientos, el precio de las consolas no se sube después del lanzamiento, como ha demostrado el revuelo causado por la recién anunciada subida de precio de Meta Quest 2.
Por el momento los aficionados pueden respirar tranquilos, ya que ninguna compañía ha confirmado que tenga intención de subir los precios. La más clara ha sido Nintendo, que ha respondido que no planea incrementar el precio de la Switch, por otro lado, Microsoft ha preferido repetir la estrategia de Sony al evitar hacer algún tipo de comentario al respecto, mientras que no es una negociación en rotundo, tampoco es un anuncio claro de que este movimiento se vaya a producir, es decir, no confirman ni niegan que Xbox Series X/S y PS5 suban de precio en Japón.
Por ahora queda ver si realmente los precios se mantienen, porque de igual manera las ventas de la Switch llevan un buen rendimiento desde su lanzamiento en 2017, con 25 millones de unidades vendidas, solo en Japón, y esto puede que sea garantía para el sostenimiento de los precios en esta temporada, que por cierto, estrena juegos como Nintendo Switch Sports que llega para este verano con una nueva actualización que pedía la comunidad desde su lanzamiento.