Este juego tenía que llegar con el lanzamiento de Switch 2. Reseña de Drag x Drive: basketball sobre ruedas que le saca ventaja a los nuevos Joy-Con

Nintendo quiere que Switch 2 sea la consola más llamativa para el público. Para ello, confía no sólo en sus exclusivas, sino también en su hardware: el sensor de movimiento, la vibración HD y el modo mouse gracias al lector infrarrojo. Esta última es una de las funciones más destacadas de los Joy Con 2, y Nintendo busca aprovecharla al máximo. Por eso, junto con la presentación de Nintendo Switch 2 en abril, se anunció Drag x Drive, un título de basketball enfocado por completo en la experiencia multijugador. Ya lo jugamos, probamos sus mecánicas y aquí te diremos si vale la pena.

Nintendo pretende revolucionar el basketball de una manera muy curiosa

La mejor manera de empezar esta reseña es por lo básico: explicar el concepto. Y es que Drag x Drive se entiende mejor jugándolo que describiéndolo. En este título deportivo, el jugador y otros dos compañeros se enfrentan en partidos de tres minutos, controlando robots montados en una especie de silla de ruedas turbo modificada. No hay trama que acompañe al gameplay, así que podemos dejar este apartado de lado.

Gracias al sensor de movimiento de los Joy Con 2 en modo mouse, el jugador puede acelerar, frenar, girar a izquierda o derecha e incluso embestir a los rivales para quitarles el balón. Con L + R se realizan pases, mientras que ZL y ZR frenan las llantas de cada lado. Además, el sensor permite mover las manos del personaje para pedir el balón, bloquear tiros y disparar a la canasta. Esto último, combinado con el botón L, facilita tiros relativamente sencillos, pues están ligeramente guiados y no requieren demasiada fuerza o velocidad.

Como dijimos antes, es fácil explicar el concepto, pero ponerlo en práctica es otra cosa. Nos tomó un tiempo coordinar movimientos: a veces inclinábamos más una mano y el vehículo giraba en dirección equivocada; olvidábamos pasar el balón; frenar de golpe provocaba choques con nuestros propios compañeros; y así varias veces más.

Sumar de a 3 puntos nunca había sido tan retador

Dominar Drag x Drive requiere paciencia y práctica constante para pulir todos los movimientos y lograr que funcionen a la perfección. Un consejo que da el juego es apoyarse en superficies planas para estabilizar el control, aunque apoyarse en las piernas suele ser la opción más cómoda. El objetivo para ganar es el mismo que en el basketball: tiros cercanos valen dos puntos y desde fuera del área suman tres.

Hay 14 segundos para organizar la jugada o, de lo contrario, la pelota pasa al equipo contrario. Lo interesante es que el jugador puede hacer trucos, como si fuera patineta, aprovechando las curvas del borde del escenario. Para ello, hay que fijarse en las luces LED traseras del vehículo, que indican la velocidad máxima para ejecutar acrobacias. Por supuesto, estos trucos solo salen una vez dominadas casi todas las mecánicas, aunque los más hábiles lo lograrán en pocos minutos.

No todo depende de la habilidad: también influyen las características del personaje elegido. Hay tres clases: el base, veloz y creador de jugadas; el alero, equilibrado e ideal para atacar; y el pívot, fuerte en defensa y ataque pero más lento. No hay restricciones para elegir, pero la comunicación en el equipo es clave para definir roles y mejorar el ritmo de juego.

Además del partido clásico, en el Parque hay minijuegos que sirven para perfeccionar controles o simplemente divertirse. Entre ellos están Círculo de sprint, una carrera entre todos los jugadores presentes, y Caza de rebote, donde hay que atrapar una pelota que rebota de manera impredecible por todo el campo.

Amigos y GameChat: la fórmula perfecta para este título

Algo que queda claro tras jugarlo es que Drag x Drive está pensado para multijugador masivo: no con uno o dos, sino con al menos diez jugadores. Lo probamos en solitario y con amigos, y la diferencia es enorme. El Parque cobra vida cuando está lleno: unos disputan partidos, otros practican y algunos más disfrutan los minijuegos. Esto puede marcar la experiencia de cada usuario.

Aunque se pueden configurar bots al nivel más alto para hacerlo más retador, la experiencia no se compara con jugar con amigos. No hay nada como reírse en GameChat mientras se planean jugadas o se comentan las torpezas del equipo. Cabe señalar que no hay modo para compartir control ni pantalla dividida, así que la experiencia es completamente individual por consola.

Lo que sí nos hace pensar es que este juego habría sido perfecto como título de lanzamiento gratuito para mostrar el modo mouse de los Joy Con 2. Aunque su precio no es tan alto como el de Mario Kart World, habría sido un gran incentivo para los nuevos usuarios.

En cuanto a personalización, se limita a cambiar el color de las llantas y la estructura del vehículo, así como la vestimenta y casco del personaje. Fuera de eso, Drag x Drive se siente algo falto de alma o sin elementos que lo hagan más carismático. Tal vez en el futuro Nintendo se anime a realizar colaboraciones para añadir más opciones y darle más vida.

Por último, probamos GameChat durante la sesión anticipada y funcionó sin problemas. En un título que requiere comunicación constante, esta función es esencial.

¿Vale la pena Drag x Drive?

Drag x Drive es una propuesta divertida que aprovecha con inteligencia las funciones de los Joy Con 2. Es retador y creativo, ofreciendo una forma diferente de jugar basketball sobre ruedas. Vale la pena si tienes amigos con quienes jugar; de lo contrario, depender de desconocidos podría resultar en una experiencia poco satisfactoria.