A veces, los momentos más simples de la infancia pueden marcar el inicio de una carrera extraordinaria. Para Akira Toriyama, el genio detrás de Dragon Ball, ese momento llegó cuando era un niño pequeño y vio la película animada 101 dálmatas de Disney.
En una entrevista incluida en Daizenshū 6 (1995), Toriyama reveló que este clásico de 1961 dejó una impresión tan profunda que dijo: “casi me caigo de espaldas, pensando: '¡Cómo me gustaría dibujar así!'”. Desde entonces, nunca dejó de dibujar. En la misma entrevista, cuando se le pregunta al creador de Dr. Slump si tiene una influencia clara en su trabajo, este reponde:
"Creo que son Walt Disney y el sensei Osamu Tezuka. Cuando era niño había una escuela para aprender a dibujar, se llamaba Zugaya San, y dibujaba con muchos niños de por ahí divirtiéndonos. Un día gané un premio dibujando los 101 Dálmatas; eso me encantó y por eso estoy aquí ahora".
La conexión entre Disney y Toriyama
Imagina a un joven Toriyama, apenas en el jardín de infantes, fascinado por los movimientos fluidos, los personajes carismáticos y el estilo visual de Disney. Para muchos niños, una película de animación es solo entretenimiento, pero para Toriyama fue algo más: un despertar creativo. En ese momento, no solo se trataba de disfrutar la historia de los cachorros dálmatas, sino de descubrir un mundo lleno de posibilidades artísticas.
Lo que hace esta anécdota tan especial es cómo conecta dos universos que, en apariencia, son completamente distintos. Por un lado, tenemos el mundo detallado y casi perfeccionista de Disney, con su estilo de animación occidental. Por el otro, el dinamismo y la esencia única del manga japonés que Toriyama desarrolló años después. Aunque sus estilos son diferentes, ambos comparten algo esencial: la capacidad de contar historias que trascienden generaciones.

Derek Padula, académico de Dragon Ball y autor de libros como Dragon Ball Culture y Dragon Ball Z: It’s Over 9,000!, confirmó esta fascinante influencia de Disney en la vida de Toriyama. No es difícil imaginar cómo esa chispa inicial alimentó el fuego creativo que más tarde se convertiría en los mundos vibrantes y los personajes inolvidables de Dr. Slump, Sand Land y Dragon Ball.
Lo irónico es que, aunque Toriyama se inspiró en Disney, su estilo terminó marcando una diferencia significativa en la animación y el cómic mundial. Si bien nunca buscó copiar a Disney, ese primer contacto con 101 dálmatas le mostró lo que era posible en el arte y, quizás sin darse cuenta, lo llevó a redefinir el panorama del manga y el anime.
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