Funko logró gran relevancia en los últimos años al lograr que cientos de franquicias famosas de distintos medios como The Last of Us y célebres personalidades de todas las áreas prestaran sus licencias para que pudieran inmortalizarlos en los funko pop. Si bien se han vendido como pan caliente durante este tiempo, han comenzado a aparecer indicios de que la marca está saturando su mercado.
Se ha revelado que Funko ha enviado al vertedero al menos $30 millones de dólares en Funko Pop Vinyls. El CEO de la empresa Brian Mariotti entregó esta información mediante una llamada de ganancias, donde explicó que tiene tanto stock de productos inactivos en los almacenes que su mejor opción fue desecharlos en la basura. Esta información fue entregada a Kotaku.
"El inventario al final del año totalizó $ 246,4 millones, un aumento del 48 % en comparación con el año anterior. Con la capacidad operativa de nuestro centro de distribución. Se espera que esto resulte en una amortización en la primera mitad de 2023 de aproximadamente $30 a $36 millones"
Funko viene funcionando desde 1998, pero no sería hasta el 2010 cuando llegarían a la fama con el lanzamiento de sus conocidos funko pop, que consisten en figuras basadas en el diseño japonés chibi que representan a famosos personajes de franquicias de videojuegos, películas, series de televisión, artistas, deportistas y todo tipo de celebridades. Desde su mismo slogan “todos somos fanáticos de algo” nos dejan sus intenciones claras: sea de lo sea fan, habrá un funko pop para ti.
Los funko pop han logrado tanta notoriedad que si no tienes uno con tu cara, prácticamente no te conoce nadie
A todos nosotros nos gusta coleccionar merchandising de nuestros héroes y famosos favoritos de la realidad y la ficción, pero debemos estar conscientes que la alta demanda por esos productos lleva muchas veces a las empresas a sobre producir con el objetivo de aumentar sus ganancias; y lo cierto es que no hay suficientes personas en el mundo para comprar todos los productos existentes en los anaqueles de las tiendas.
En otros casos, estos productos se desperdician por fallas. Tal fue el caso de una línea de guitarras eléctricas Gibson, las cuales fueron destruidas ante la mirada atónita del público, quienes pedían que se vendieran a precio rebajado o que se donaran a escuelas. La marca respondió que esas medidas podían perjudicar su prestigio de marca.
Por ello, debemos ser más responsables con lo que consumimos y siempre preguntarnos si realmente necesitamos ese producto o lo estamos comprando por presión social o por llamar la atención del resto con nuestros “gustos”. El planeta nos lo agradecerá.