Ayax Bellido
EditorA veces, la televisión logra ese pequeño milagro de romper nuestras expectativas. Justo cuando crees que sabes lo que vas a ver, aparece alguien como Josh Peck —sí, el de Drake & Josh—, y en lugar de hacerte reír, te deja con la boca abierta en un mundo completamente distinto: el devastador universo de The Last of Us.
El siguiente texto contiene spoilers del capítulo 4 de la serie The Last uf Us temporada en Max.
Un pequeño cameo de Josh en The Last of Us
En el capítulo 4 de la segunda temporada, titulado Día Uno, Peck aparece brevemente pero con fuerza interpretando a Janowicz, un soldado de FEDRA con una actitud bastante desagradable. Su escena ocurre durante un flashback ambientado en la zona de cuarentena de Seattle en 2018, justo antes del colapso total. Es un momento que, si bien no dura mucho, queda grabado por el contraste brutal entre el personaje y la imagen que muchos aún tenemos del actor.
En la parte trasera de una camioneta militar, Janowicz cuenta una historia grotesca e inapropiada sobre cómo detuvo a tres ciudadanos por distribuir panfletos. El relato no solo está cargado de violencia y vulgaridad, sino que también pinta un retrato claro del autoritarismo y la brutalidad de FEDRA, la organización que mantiene el control en este mundo postapocalíptico.
Y justo cuando piensas que ese momento incómodo se alargará por más tiempo, la narrativa hace lo suyo: Isaac Dixon (interpretado por Jeffrey Wright), el comandante de los Lobos, encierra a Janowicz y a los demás soldados en el camión y lanza granadas. Silencio brutal y eficiente.
El cameo, según contó la directora del episodio Kate Herron fue intencionalmente inesperado. Herron explicó a Entertainment Weekly que hicieron una lectura formal para el papel y que Josh Peck simplemente “encajó perfecto”. En Instagram, el propio Peck compartió algunas fotos del set y escribió:
“Vaya, fue un secreto difícil de guardar. Fue un honor interpretar un pequeño papel en una de mis series favoritas, con uno de mis actores favoritos”.
De esta forma, lo que alguna vez fue un ícono adolescente de Nickelodeon, ahora es parte del universo de The Last of Us, uno donde el humor no existe, la violencia es norma y cada personaje, sin importar su tiempo en pantalla, deja huella.
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