Lo hermoso de la ciencia ficción, entre tantas otras cosas, es su capacidad para presentar ideas polémicas y filtrarlas a través de diversas vertientes narrativas: el horror, el romance, el género bélico. Sin embargo, cuando la comedia y la ciencia ficción se combinan, no hay fórmula más ganadora.
Ese es el caso de Distrito 9, película de 2010 que, a día de hoy, se ha convertido en un clásico moderno del cine, y es que su ácida combinación de tramas fantásticas con crítica social la ha posicionado como una obra que cualquier entusiasta del género debe ver.
El clásico de ciencia ficción al estilo The Office
Distrito 9 es una película extraña: dirigida por Neill Blomkamp, quien comenzó su carrera con cortometrajes que ya sugerían su interés por temas como la xenofobia y la opresión, sin previo aviso se convirtió en el éxito de taquilla de agosto del 2009.
La producción estuvo a cargo de Peter Jackson, quien aportó su experiencia en efectos especiales y en la creación del worldbuilding de la cinta. El enfoque que junto con Blomkamp quería presentar era claro: utilizar el cine de ciencia ficción para explorar los temas incómodos dentro de la industria del cine.
La historia de Distrito 9 se centra en un extraño encuentro extraterrestre en Sudáfrica, donde una nave alienígena queda varada y sus ocupantes, conocidos despectivamente como “Camarones”, son confinados en un campo de concentración.
Acá, la película utiliza el formato de falso documental, similar a The Office, para crear una atmósfera de cercanía y autenticidad. Y así, a través de la evolución del protagonista, Wikus, un burocrático funcionario que se ve obligado a experimentar de primera mano la discriminación y la marginalización de estos seres de otro mundo, Distrito 9 nos ofrece una profunda reflexión sobre la xenofobia y el colonialismo.
Construyendo un mundo realista desde la ciencia ficción
Distrito 9 ofrece una propuesta visual y estilística única, destacando por su fotografía cruda y casi documental, empleando una paleta de colores desaturada y tonos apagados, reforzando esa opresiva sensación de desolación y pobreza del entorno. La cámara en mano y los planos en movimiento constante, propios del falso documental, crean una sensación de inmediatez, y sumergen al espectador en un universo que parece más cercano a nuestra realidad a pesar de que estamos viendo un filme de ciencia ficción.
Los “Camarones” también fueron diseñados con un alto nivel de detalle: con una textura y movimientos que parecen orgánicos, toda una proeza en 2009. En cuanto a los escenarios, la película utiliza un contraste entre la arquitectura industrial y los campo de concentración: todas las locaciones son austeras, saturadas con escombros, lo que solo subraya la marginalización en la que viven estos alienígenas.
¿Dónde ver Distrito 9?
Como puedes ver, esta no es solo una película de extraterrestres: en su brutalidad, muestra lo peor de la humanidad, pero también ofrece una lección sobre lo que podemos llegar a ser si no cuestionamos nuestras estructuras de poder, y lo mejor de todo es que hace esta reflexión a través de la comedia. Si tú también quieres ver Distrito 9, tienes que saber que la tienes por streaming en Amazon Prime Video.
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