La historia no es nueva, pero es tan impresionante como combinar Interestellar y Avengers. Reseña de Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos sin spoilers

Jesús Zamora

Editor

Superando en muchos sentidos a todas las películas con el título de Los 4 Fantásticos, y llegando en uno de los momentos más críticos en la historia del MCU, Fantastic Four: First Steps finalmente ha llegado a cines para demostrarnos que Marvel todavía tiene cosas que decir. Pero, ¿es esto lo mejor que hemos visto de superhéroes marvelitas desde Avengers: Endgame? ¿Qué tan acertada fue la introducción de la familia más importante de La Casa de las Ideas en el MCU? Desmenuzamos la última producción de Kevin Feige para descubrir si Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos vale la pena.

El esbozo de una historia: el guion de Los 4 Fantásticos

Sin verdaderas introducciones, Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos nos arroja directamente a la acción para contarnos su historia: una adaptación de los legendarios números #48, #49 y #50 de los cómics originales, también conocidos como el Arco de la Llegada de Galactus.

Visualmente, la película es un manjar

Ya habíamos visto algo similar en 2007, pero ahora hay diferencias significativas: el Devorador de Mundos ya no es una entidad amorfa, Silver Surfer es ahora una mujer llamada Shalla-Bal, y presenciaremos el nacimiento de uno de los personajes más poderosos en la historia de Marvel: Franklin Richards.

La película tiene una atmósfera potente. Visualmente impactante, con una estética retrofuturista bastante cuidada, transmite una sensación de ciencia ficción clásica que recuerda más a Superman de James Gunn que a cualquier película del MCU. Sin embargo, en lo narrativo no hay tanto riesgo: la historia es predecible, no porque sepas hacia dónde va, sino porque el ritmo es lento y poco sorpresivo. Y aunque la cinta “salta” la historia de origen, por lo menos la primera hora se siente como una introducción prolongada que nunca termina de despegar.

El drama de Ben Grimm vuelve, y eso se agradece, aunque solo ha sido tocado a medias. Es el monstruo deprimido por su propia imagen, pero esa exploración emocional apenas se sugiere y nunca se desarrolla del todo. Lo mismo pasa con Johnny Storm: su versión acá es menos coqueta, menos idiota, pero tampoco hay una construcción sólida de su arco, más allá de un guión que le asigna habilidades convenientes como ser experto en idiomas alienígenas sin demasiadas explicaciones.

Los visuales en el espacio transmiten el peso emocional de lo inevitable: la desintegración, el fin de algo tan vasto

Se agradece que la comedia esté mucho más matizada que en otras cintas de Marvel, lo que permite que el tono se mantenga más coherente y maduro, pero incluso con eso, siempre se tiene la sensación de que algo más podría o debería estar ocurriendo.

Un cuarteto con chispa

En lo que respecta a las actuaciones, podemos decir que aunque Pedro Pascal no está en la cima de su carrera aquí, cumple con un Mr. Fantástico bastante digno: sereno, cerebral, emocional cuando es necesario. Se adapta bien a un papel que puede ser fácilmente acartonado. Vanessa Kirby, en cambio, es imponente. Es el contraste perfecto con las versiones anteriores de Sue Storm: no es un adorno sexualizado, no es una víctima; es una mujer con poder, sensibilidad y liderazgo.

La química entre Reed y Sue funciona, pero la verdadera dinámica que brilla es la de Johnny y Ben. Ebon Moss-Bachrach logra una de las mejores interpretaciones de La Mole que hemos visto en cine: rudo, entrañable, sarcástico, responsable. Su diseño visual es fiel al cómic y se nota que aquí hubo respeto por el personaje. Johnny Storm, interpretado por Joseph Quinn, intenta escapar del estereotipo del alivio cómico, pero a ratos se siente forzado. No ayuda que algunas de sus habilidades no estén justificadas dentro de la lógica del guion y en más de una ocasión, he de aceptar, extrañé la Antorcha de Chris Evans.

Julia Garner como Shalla-Bal es visualmente perfecta. Su CGI es impactante, superando incluso al Silver Surfer de 2007, que ya era bastante bueno. Sin embargo, Garner está tan contenida que se siente desperdiciada. Es como si hubieran contratado a una actriz capaz de todo para un personaje que apenas habla. Ralph Ineson, por su parte, entrega un Galactus solemne, intimidante, y que por fin se siente como una amenaza real. Aunque tenemos que aceptar que no era difícil superar a la enorme nube de polvo cósmico que vimos en el pasado.

Del cómic al cosmos: la estética que define Primeros Pasos

Visualmente, la película es un manjar. La dirección artística retrofuturista funciona a la perfección, con escenarios que podrían pasar por viñetas de Jack Kirby y sets que parecen sacados de Mad Men. En interiores, todo está muy cuidado; en exteriores, a veces el uso de pantallas verdes es demasiado evidente, pero en general, la estética está bien lograda.

Es una película que entra por los ojos más que por el corazón o la mente

Los efectos visuales del espacio son de otro nivel. La manera en que la película representa las distorsiones cósmicas y las fracturas en el tiempo-espacio recuerda inevitablemente a Interstellar, pero también a los momentos más monumentales del MCU en Infinity War y Endgame.

Y no por la escala del combate, sino por cómo se transmite el peso emocional de lo inevitable: la desintegración, la pérdida, el fin de algo tan vasto que apenas se puede comprender. Todo ello envuelto en efectos visuales que, sin renunciar al espectáculo, sugieren antes que mostrar. La tecnología de Galactus, sin embargo, se siente más influida por H. R. Giger que por Jack Kirby, lo cual puede desconcertar al más exquisito, aunque esté bien logrado.

La fotografía también tiene momentos brillantes: algunos encuadres de Galactus rozan lo sublime y lo cosmicista por igual. En cambio, la música de Michael Giacchino no es particularmente destacable. Acompaña, pero no eleva. Y se extraña una pieza musical memorable, como otras que hemos tenido en películas del MCU.

En este sentido, no cabe duda de que es el CGI el apartado más cuidado de toda la cinta, lo cual no sorprende considerando las críticas que Marvel Studios ha recibido recientemente en ese rubro. Aquí se nota un esfuerzo real por que todo luzca impecable.

¿Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos vale la pena?

Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos es una película que entra por los ojos más que por el corazón o la mente. Tiene actuaciones consistentes, un estilo visual apabullante y momentos de auténtico asombro. Pero también es predecible, a veces lenta, y no siempre sabe qué hacer con sus propias ideas. Parece inevitable pensar que esta cinta no es el plato fuerte, sino la antesala a Avengers: Doomsday. Como si Marvel nos dijera: “espérate carnal, lo bueno está por venir”. Y quizá lo esté. Pero Los 4 Fantásticos merecían algo más.

Sí, supera a sus antecesoras con “Los 4 Fantásticos” en el título, pero llegados a este punto, la verdad es que The Incredibles sigue siendo la mejor película de Los 4 Fantásticos que se ha hecho hasta la fecha, y no debería ser así.

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