El día llegó, y One Piece ya estrenó su primera temporada en Netflix. Siendo una adaptación live-action que carga con la terrible reputación de esta clase de producciones que maneja Netflix, muchos creyeron que sería una serie bastante mala que nos dejaría un mal sabor de boca. Afortunadamente ese no fue el caso, pues las primeras reseñas ya llegaron, y son bastante positivas.
One Piece sorprendió con una calificación de 83% en Rotten Tomatoes, nada mal para una serie que pintaba mal en vista de muchos fans. De hecho, la puntuación de la comunidad se disparó aún más, rozando el 94% y callando a muchísimos seguidores del anime. Este es un logro tremendo tanto para la Tripulación del Sobrero de Paja como para la misma Netflix, quien finalmente rompió con la maldición de terribles adaptaciones de obras japonesas.
Entre los comentarios de los críticos, leemos una apreciación general por Iñaki Godoy, quien supo representar muy bien a Luffy. El actor se vio muy emocionado desde los primeros avances de la serie, así que no nos sorprende que haya dado su 100% dando vida a uno de los personajes más icónicos del mundo del anime, y el gusto es aún mayor entre seguidores de Latinoamérica sabiendo que proviene de México.
One Piece: el live-action no se hizo al aventón
La serie en sí tuvo bastante apoyo, buscando romper la pésima reputación que se había ganado Netflix con los años; One Piece tuvo un presupuesto a la par de producciones como Game of Thrones, y da gusto saber que el sacrificio rindió frutos. La segunda temporada aún no se ha confirmado, pero viendo esta recepción, es casi un hecho que sucederá.
Puedes disfrutar de los primeros 10 episodios del live-action de One Piece en Netflix, y no es necesario ser un mega fan de la obra de Eiichiro Oda para entender la trama. De hecho, y hablando de Oda, el mangaka participó en esta adaptación, asegurándose de que se respetara el material original y fuera comprensible y divertido para todos, ¡quizás por eso le fue tan bien a la serie!