Guardianes de la Galaxia Vol. 3 fue un sólido cierre para una de las franquicias más aclamadas de Marvel, presentando una trama que conquistó al público y a la crítica. Sin embargo, un error científico fue señalado por un astronauta, precisamente en uno de los momentos más dramáticos de la trama.
Quienes vieron la película recordarán que, durante el clímax, Star-Lord (Chris Pratt) casi muere. Peter Quill logra saltar de la nave del Alto Evolucionario (Chukwudi Iwuji). Así que, antes de que Adam Warlock (Will Poulter) aparezca para rescatarlo, el rostro del personaje se hincha y congela en respuesta al vacío del espacio, y es aquí donde comienza la observación del astronauta de la vida real, Chris Hadfield.
"No sucedería de esa manera. No hay agua en tu rostro. No se congelaría instantáneamente", explicó Hadfield en una entrevista con Variety, recordando que la masa térmica de una persona haría que la congelación tomara más tiempo de lo que se muestra. Star-Lord todavía sufriría graves daños internos, pero el profesional admitió que todo esto es difícil de transmitir en una película ampliamente lúdica. La recuperación del personaje de Pratt llevaría más tiempo de lo que se muestra, si es posible.
"90 segundos y serías un satélite. En unos 15 segundos, todo el oxígeno en tu sangre habría pasado por tus pulmones en dirección contraria y lo habrías exhalado. En unos 15 segundos, tendrías sangre sin suficiente oxígeno, y cuando llegara al cerebro, perderías el conocimiento" agregó el profesional, explicando que la hinchazón proviene de la sangre en el cuerpo, que comienza a "burbujear como abrir una lata de Coca-Cola". Sin un casco en el espacio, los pulmones también colapsarían rápidamente.
Dirigida por James Gunn, Guardianes de la Galaxia Vol. 3 recaudó una impresionante suma en la taquilla para Disney. Esta película marcó el último trabajo de Gunn en Marvel, ahora a cargo del nuevo Universo Cinematográfico de DC.