Una teoría ha circulado entre los fans de Dragon Ball desde hace tiempo: que Super, la continuación de la historia de Akira Toriyama, representa una línea temporal alterna, similar a Dragon Ball GT. Hay bastantes pruebas que respaldan esta idea, siendo la más importante que el mismo Toriyama lo confirmó a través de su manga, aunque muy pocos fans lograron darse cuenta.
Dragon Ball Super es tan canon como Dragon Ball GT
Dragon Ball Super es una historia llena de discrepancias si se le compara con la línea temporal canónica de la serie. Bien podría argumentarse que se tratan de inconsistencias narrativas, muy comunes en las historias de Akira Toriyama, sin embargo, son tantas, que siguiendo una lógica deductiva podríamos concluir que fueron deliberadas, y que Super representa una línea temporal alternativa.
Dragon Ball terminó de publicarse en 1995. El creador de la serie, Akira Toriyama, no volvió a contar historias de Goku y sus amigos hasta el 2005 con el manga Neko Majin. En esa obra, la familia de Goku, incluyendo al pequeño Uub, se muestra en su última versión conocida, marcando el último retrato de Toriyama dentro de la cronología de la serie. Un retrato íntimo, lejos de los Dioses de la Destrucción, Gohan Bestia, y los plagios a Marvel.
Pero en 2013 el mangaka volvió a ser contratado. Se le pidieron algunos diseños. Esbozó una historia. Toei Animation la animó y el resultado fue Dragon Ball Z: Kami to Kami, o como se le llamó en Latinoamérica: La batalla de los dioses. Dos años después llegó un anime: Dragon Ball Super. Se dijo que la historia sería producto de Akira Toriyama, pero lo cierto es que a partir de ese momento los ejecutivos fueron quienes tomaron el timón del barco.
Akira Toriyama no es autor de Dragon Ball Super, y él lo sabía
A medida que el Dragon Ball moderno evolucionaba, el impacto de Toriyama se desvanecía. Las brechas entre el manga y el anime se volvían más evidentes, y después de la conclusión del proyecto de Toei, Shueisha continuó publicando un manga cada vez más influenciado por Toyotaro. Las discrepancias se volvieron constantes, y lo más importante, Super acabó siendo equiparable a Dragon Ball GT: un producto desvinculado de su creador original.
A medida que Dragon Ball Super avanza, las discordancias no solo se han limitado a los niveles de poder exagerados: también han afectado el desarrollo de los personajes. Un caso evidente es el de Bulma, quien al final de Dragon Ball Z se presenta como una mujer madura, pero en Super aparece con una apariencia rejuvenecida, casi adolescente.
Otro ejemplo, Goku: en Súper aún se muestra como un aprendiz con mucho por aprender, mientras que al final de Z es representado como un maestro consumado de las Artes Marciales. Por no mencionar el downgrade que recibió su personalidad al haberlo convertido en un niño bobo en el cuerpo de hombre adulto (capaz de destruir el Universo).
Estas discrepancias en la evolución de los personajes refuerza la noción de que Super y Dragon Ball Z siguen líneas temporales distintas.
Dragon Ball Super presenta nuevos villanos y transformaciones (debatibles, hay que decirlo) que sobrepasan las habilidades previamente definidas de muchos peleadores. Los elementos clásicos de la serie están ahí, como la búsqueda de las Esferas del Dragón y las batallas contra enemigos formidables. Pero también se han incorporado nuevos conceptos y tramas que no tienen una relación directa con la línea temporal de Dragon Ball Z.
Pese a lo que diga Toyotaro, Shueisha o Toei Animation, es evidente que Dragon Ball Super ha introducido cambios significativos que señalan una línea temporal alternativa. A medida que la serie sigue avanzando, queda claro que la evolución de los personajes y las tramas han tomado direcciones opuestas. En todo caso y como conclusión: Dragon Ball Super no es más que otro spin-off del Dragon Ball original, pero parece que a los fanáticos les cuesta darse cuenta.
Ver 0 comentarios