El creador de Demon Slayer tenía un nombre más brutal y despiadado para la historia de Tanjiro, pero su editor quiso evadir problemas y lo cambió

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Diego Gutiérrez

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Diego Gutiérrez

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Estudiante universitario de Comunicación y Periodismo, amante de los deportes, fanático del buen cine y del manga/anime, entusiasta de los videojuegos y, ahora, editor en 3DJuegos LATAM. Mi juego favorito es TLOZ Ocarina of Time, porque es el que me introdujo a este apasionante, y a la vez viciante, mundo del gaming.

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Es difícil imaginar un nombre más adecuado para Demon Slayer en japonés: conocido en todo el mundo como Kimetsu no Yaiba el manga ha cosechado éxitos desde su lanzamiento en 2019. Además, bajo ese mismo nombre también conquistaron a amantes y nuevos entusiastas del anime por igual. Sin embargo, Koyoharu Gotouge tenía otro nombre para la serie, que tuvo ser cambiado a sugerencia de su editor.

Kimetsu no Yaiba fue la segunda opción

Kimetsu no Yaiba es el nombre perfecto una obra que, justamente, gira en torno a un cazador de demonios. En su búsqueda por derrotar al ser más poderoso de su mundo, Tanjiro logró conectar con millones de fanáticos, pero en lugar de conocerlo en la serie Demon Slayer, Gotouge tenía una idea más violenta para el nombre. Así lo cuenta Katayama, el primer editor que tuvo el manga:

"Originalmente íbamos a usar 'Kisatsu no Yaiba', pero sentimos que el carácter 'satsu' (que significa matar) era demasiado fuerte. Discutimos qué podríamos usar en su lugar y se nos ocurrieron algunas ideas. De esas ideas, 'kimetsu', donde el segundo carácter significa perecer, nos pareció lo más fácil de entender"
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Otro detalle oculto en el nombre Kimetsu no Yaiba

Además, en este juego de palabras, también se encuentra un significado oculto dentro de 'Yaiba': así como explica Katayama, la segunda parte del título de la obra, que significa literalmente espada, no se refiere a un arma cualquiera. La historia del anime, que tiene un profundo arraigo en la cultura de su país, se ve reflejada en dicho detalle, pues se refiere a una katana; una espada japonesa.

Con estos detalles, queda claro que Kimetsu no Yaiba no solo fue una elección estratégica, sino también simbólica. El cambio de nombre no solo suavizó el tono para encajar en la Shonen Jump, sino que también conservó la esencia de la historia y su conexión con la tradición japonesa. Al final, esa decisión ayudó a construir la identidad de una de las series más queridas del anime moderno.

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