En el vasto universo de Assassin's Creed, donde las entregas abarcan desde monumentales aventuras históricas hasta experimentos más pequeños, hay un título que prácticamente ha desaparecido de la memoria colectiva: Assassin’s Creed Unity: Arno's Chronicles. Lanzado en 2017 como una curiosidad exclusiva para dispositivos móviles Huawei Honor, este juego para moviles se ha convertido en uno de esos títulos que son más un mito que una realidad.
Un exclusivo atrapado en el tiempo
La peculiaridad de Arno’s Chronicles radica en su exclusividad. Cuando se lanzó, el juego estaba preinstalado únicamente en dispositivos Huawei Honor, bajo un acuerdo que supuestamente sería temporal. La promesa era clara: el juego sería exclusivo durante seis meses y después llegaría a otras plataformas. Sin embargo, algo cambió en el camino, y esa ventana de oportunidad nunca se abrió.
El problema es que no solo Ubisoft nunca lo distribuyó más allá de los Honor, sino que, para colmo, los modelos posteriores a 2018 dejaron de incluirlo. Esto significa que, a menos que tengas un dispositivo de ese período específico, es imposible acceder a él legalmente, por lo que ha quedado condenado al olvido.
¿De qué iba Arno’s Chronicles?
Para los pocos que tuvieron la suerte de jugarlo, Arno’s Chronicles fue una curiosidad dentro de la franquicia. Como su nombre sugiere, el juego retoma a Arno Dorian, protagonista de Assassin’s Creed Unity, aunque esta vez en un formato completamente distinto. Pasamos de las espectaculares vistas en 3D de la Revolución Francesa a un desarrollo en 2D, con un estilo que recuerda a los juegos de plataformas clásicos.
El diseño en 2D limitaba algunas características icónicas de la saga, como el parkour fluido por techos y edificios, pero introducía mecánicas interesantes para la plataforma. Había saltos, combates dinámicos, y, de manera algo inesperada, carreras en globo aerostático. Sí, leíste bien, globos aerostáticos. Aunque podría parecer un añadido peculiar, estas secciones daban un aire fresco y divertido al juego.
A pesar de su simplicidad, el título logró capturar parte de la esencia de Assassin's Creed, adaptándose a las limitaciones de un dispositivo móvil. Sin embargo, nunca tuvo la oportunidad de ser evaluado o disfrutado por un público más amplio.
Arno Dorian: un protagonista en el ojo de la tormenta
Para entender el contexto de Arno's Chronicles, es crucial hablar de su protagonista y la controversia que lo rodea. Arno Dorian, introducido por primera vez en Assassin’s Creed Unity, es recordado tanto por su carisma como por el caos que acompañó su debut. Unity, lanzado en 2014 para consolas y PC, prometía ser un hito en la franquicia gracias a su ambiciosa recreación de la París revolucionaria. Sin embargo, el juego fue criticado severamente por su estado técnico.
Ubisoft Montreal, bajo la presión de cumplir con la fecha de lanzamiento, entregó un producto que, aunque visualmente era impresionante, estaba plagado de errores técnicos. Estos problemas, conocidos popularmente como bugs, iban desde rostros incompletos hasta fallos en la jugabilidad que rompían la experiencia. Las críticas afectaron tanto a la reputación del juego como a la del personaje de Arno, cuyo impacto como protagonista quedó opacado por los defectos del producto.
Aunque Arno's Chronicles no heredó los problemas técnicos de Unity, su legado está marcado por el mismo protagonista y la exclusividad que lo condenó al olvido. Es irónico que un juego móvil, diseñado para ser más accesible, termine siendo uno de los títulos más inaccesibles de la franquicia.
La serie Assassin’s Creed Chronicles, compuesta por entregas ambientadas en Rusia, India y China, también experimentó con el formato 2D, pero su destino fue muy distinto. Estos títulos se lanzaron en múltiples plataformas, desde consolas hasta PC, y alcanzaron una audiencia mucho mayor.
El caso de este juego pone en evidencia un problema más amplio en la industria: la preservación de los videojuegos. Con frecuencia, títulos interesantes o innovadores terminan siendo inaccesibles debido a decisiones comerciales, plataformas obsoletas o falta de interés en mantenerlos disponibles. Y aunque no todos los juegos están destinados a convertirse en clásicos, es una lástima que algunos nunca tengan la oportunidad de demostrar su valía a un público más amplio.
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