La compra de Warner Bros. por parte de Netflix prometía sacudir no solo el mundo del cine y las series, sino también el del videojuego. Sin embargo, las primeras declaraciones oficiales desde la cúpula del servicio de streaming dibujan un panorama mucho más frío, y preocupante, para los fans de franquicias históricas como Batman Arkham, Mortal Kombat o Injustice. Para Netflix, al menos por ahora, los videojuegos de Warner no fueron un factor relevante en la operación.
Netflix no esta muy interesado en los juegos de Warner
El acuerdo, anunciado el pasado 5 de diciembre, confirmó que todas las propiedades y estudios de Warner Bros. Games pasarían a manos de Netflix. En el papel, esto colocaría bajo el paraguas del gigante del streaming a algunos de los equipos más reconocidos de la industria, responsables de éxitos comerciales y críticos que han marcado generaciones. Sin embargo, tres días después, fue el propio codirector ejecutivo de Netflix, Gregory Peters, quien se encargó de enfriar las expectativas.
En declaraciones de Gregory Peters, este reconoció abiertamente que la división de videojuegos de Warner Bros. no fue considerada dentro del modelo de negocio al momento de cerrar el acuerdo. Pese a describir a WB Games como un conjunto de “grandes estudios” con “gente estupenda”, fue tajante al señalar que Netflix no atribuyó ningún valor económico a este segmento en la evaluación general de la compra:
"Si bien sin duda han estado haciendo un gran trabajo en el ámbito de los videojuegos, en realidad no les atribuimos ningún valor desde el principio porque son relativamente menores en comparación con el gran esquema de las cosas"
La afirmación resulta llamativa, sobre todo si se considera el éxito reciente de títulos como Hogwarts Legacy, que demostró el potencial comercial de las grandes licencias trascienden el cine y la televisión. Peters incluso reconoció ese punto, asegurando que estas propiedades podrían incorporarse a la oferta de Netflix. No obstante, insistió en que, pese a detectar oportunidades futuras, los videojuegos no formaron parte del valor central del acuerdo.
De cara a 2026, cuando se espera que la operación quede totalmente concretada, Netflix pasaría a controlar estudios como Avalanche Software, Rocksteady, TT Games y NetherRealm Studios. Es decir, marcas responsables de sagas tan influyentes como Mortal Kombat, Batman Arkham, los juegos de LEGO o el propio Hogwarts Legacy. En otras circunstancias, este movimiento habría sido leído como una apuesta agresiva por consolidar una división sólida de videojuegos. Las declaraciones de Peters, sin embargo, sugieren lo contrario: una adquisición casi colateral.
Netflix ha hecho esfuerzos visibles por entrar al sector interactivo, pero sigue mostrando una relación ambigua con los videojuegos tradicionales. No es que descarte su potencial, sino que no parecen ocupar un lugar prioritario dentro de su visión a gran escala. Para los fans, esto se traduce en incertidumbre: no hay claridad sobre si estas franquicias recibirán continuidad, inversión o simplemente quedarán como activos secundarios dentro de un catálogo enfocado principalmente al streaming.
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