Si ha habido una constante en el trabajo de Hideo Kojima en los últimos 30 años, esa ha sido su habilidad para salirse de las normas y ofrecer experiencias jugables vanguardistas... incluso cuando se trata de algo tan simple como una pantalla de carga. Esto se hizo evidente con Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots, un título que, al momento de su lanzamiento, requería una instalación notablemente larga. Sin embargo, mientras esperábamos que el juego se instalara, Kojima nos ofreció una secuencia que, más que una simple pantalla de carga, se convirtió en una experiencia tan entretenida como el propio juego.
La mejor pantalla de carga de un Metal Gear
Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots salió en 2008 para PlayStation 3, convirtiéndose casi inmediatamente en un título esencial para la consola y uno de los más deseados, al día de hoy, para un remake. Aclamado por su narrativa, sus impresionantes gráficos (para la época) y una jugabilidad más que profunda, el juego no solo concluyó la saga de Solid Snake, sino que también consolidó a su protagonista, Old Snake, como una de las variantes más icónicas de todos los tiempos.
Sin embargo, aunque era un excelente juego, debemos admitir que el proceso de instalación era, para muchos, una verdadera tortura. La PS3 no contaba con la misma capacidad de carga rápida que las consolas de actual generación, y el tamaño del juego, junto con la necesidad de instalar datos para mejorar el rendimiento, hizo que el proceso se extendiera entre 10 y 20 minutos. Pero Kojima, como siempre, pensó en cada detalle y nos ofreció la pantalla de carga perfecta para que la espera fuera más llevadera.
Esta pantalla de carga mostraba a Old Snake en diversas posturas mientras fumaba tranquilamente un cigarro, rodeado de un fondo negro. No era una simple imagen estática, sino una secuencia en la que Snake se dejaba ver de forma relajada, disfrutando de su tabaco, mientras el jugador leía consejos sobre cómo jugar mejor: “Asegúrate de jugar en un lugar bien iluminado, y lo más lejos posible de la pantalla”, o bien, recomendaciones sobre el propio juego: “Recuerda, la sigilosidad es clave”.
Estos pequeños detalles no solo mantenían la atmósfera ya característica de Kojima, sino que hacían que el tiempo de espera se sintiera menos como una pérdida y más como parte de la experiencia, acompañando al buen viejo Snake.
Como tantos juegos dentro de la franquicia, Metal Gear Solid 4 no solo demostró que Kojima sabe cómo contar historias profundas, sino también cómo hacer que la espera sea parte del espectáculo.
Lamentablemente, el juego sigue cautivo en la PS3, y aunque ya tuvimos el primer remake de la saga con Metal Gear Solid Delta, suena bastante complicado que veamos esta aventura en una nueva versión próximamente. Lamentablemente, el juego sigue cautivo de la PS3, y aunque ya tuvimos el primer remake de la saga con Metal Gear Solid Delta, parece complicado que veamos esta aventura en una nueva versión en el futuro cercano.
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