Aunque la esperanza muere al último, esta vez no será suficiente. Victory Uchida, editor de Dragon Ball Super, ha confirmado lo que muchos ya temían pero no querían aceptar: el manga no regresará este 2025. Lo hizo durante el evento Jump Victory Carnival 2025 en Osaka, poniendo fin a meses de especulaciones sobre el posible regreso de Goku, Vegeta y compañía al papel impreso.
El hiatus del manga de Dragon Ball Super continúa
La confirmación no vino en forma de comunicado oficial, sino en una conversación directa entre Uchida y el influencer conocido como @cliffeur, uno de los nombres más conocidos dentro del fandom de Dragon Ball en redes. Fue él quien difundió la información luego de encontrarse con Uchida en el mencionado evento, generando una mezcla de tristeza, enojo y resignación en una comunidad que lleva meses esperando noticias tras la pausa indefinida que comenzó a principios de 2024.
Pero más allá del simple “no habrá manga este año”, lo importante es entender por qué. Según reportes, el manga se encuentra en una especie de limbo legal tras la muerte de Akira Toriyama. Aunque Toyotaro sigue vinculado a la obra, y aunque Shueisha conserva los derechos editoriales, existe un nuevo actor en la ecuación: Capsule Corporation Tokyo, la empresa que controla todo lo relacionado al anime, videojuegos y merchandising, dirigida por Akio Iyoku, el histórico editor personal de Toriyama.
La disputa no es menor, se trata del futuro de la franquicia más rentable del manga japonés. Y como ocurre en toda pelea de titanes, los fans están atrapados en medio, sin mayor poder de decisión y, lo que es peor, sin información clara ni transparente.
Lo que antes era una pausa por “cuestiones creativas” o una especie de luto editorial por la pérdida de Toriyama, ahora se revela como un conflicto legal y comercial de alto nivel. Y eso cambia todo. Porque mientras los lectores esperaban el regreso del manga como quien espera el siguiente episodio de su serie favorita, del otro lado se libraba una batalla por el control narrativo, económico y creativo de Dragon Ball.
¿Qué significa esto para el futuro? Es difícil saberlo. Victory Uchida pidió paciencia, pero no dio ninguna pista concreta sobre lo que viene. No hay fechas, no hay adelantos, no hay promesas. Solo hay silencio y un vacío que ni siquiera las reimpresiones, los videojuegos o las figuras coleccionables logran llenar del todo. Porque Dragon Ball Super, con todo y sus altibajos narrativos, seguía siendo un punto de encuentro para millones de personas.
Lo más preocupante no es la pausa en sí, sino la posibilidad de que el manga nunca regrese con la misma fuerza o bajo la misma dirección creativa. Sin Toriyama, sin acuerdos claros, sin una brújula editorial fuerte, Dragon Ball se enfrenta al riesgo de perder lo más importante: su identidad. Porque más allá de las transformaciones, los villanos galácticos o los torneos multiversales, lo que mantenía viva la serie era la coherencia entre autor, equipo y visión a largo plazo.
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