Fue uno de los peores eventos de Marvel, pero sus avances tuvieron una belleza tan épica que ni el MCU con Endgame logró alcanzar

Salvo muy contadas excepciones, los eventos de Marvel Comics suelen ser blockbusters de verano sin verdadera trascendencia a largo plazo, lo que a veces los vuelve una molestia por la enorme cantidad de tie-ins y series paralelas que hay que seguir para entender la historia principal.

Pero lo cierto es que en 2011, La Casa de las Ideas promocionó un ominoso evento que, aunque interesante en teoría, fue muy pobre en ejecución. Pese a ello, Fear Itself nos dejó algunos de los promocionales más bellos que ha tenido la editorial en su historia: una belleza trágica que ni por asomo ha alcanzado el MCU.

Fear Itsel: el evento con las mejores promos de Marvel Comics

Fear Itself fue un evento publicado por Marvel Comics en 2011. Escrito por Matt Fraction y con arte de Stuart Immonen, prometía enfrentar a los héroes más poderosos del universo Marvel contra sus peores miedos bajo la influencia de Serpent, el hermano de Odín. Aunque en la práctica el evento terminó dejando pocos cambios verdaderos, no podemos negar que nos regaló algunos de los artes promocionales más memorables de Marvel, cuidadosamente diseñados para capturar la esencia de “enfrentar lo que más tememos” y mucho mejor que cualquier arte que hayas visto del MCU.

Spider-Man: ¿Temes al mañana?

Una ilustración curiosa de Steve McNiven, cuyo peso se centra en los televisores con noticieros declarando crisis en todo el mundo, mientras Spider-Man nos da la espalda, absorto frente a las pantallas, consciente de que no puede ayudar a nadie.

El trazo firme y detallista de McNiven refuerza la sensación de impotencia y tensión, haciendo que la imagen sea casi palpable. Lo más parecido en el MCU fue la escena de No Way Home, con Spider-Man viendo su rostro estampado en todos los medios de Nueva York, pero aquí la sensación de aislamiento es aún más profunda.

Cyclops: ¿Temes en lo que te has convertido?

Con este poderoso arte de Terry Dodson mostrando a Cyclops vestido como Magneto, se materializaba la pesadilla más grande del pupilo y heredero de Charles Xavier: convertirse en un mutante radical como su antiguo enemigo. La imagen muestra a Scott erguido, con pose desafiante, su mirada cargada de fuego rojo, irradiando tensión y conflicto, casi violencia. Este arte captura a la perfección la lucha entre legado y corrupción, un miedo que nunca ha sido explorado de manera tan visual en el MCU.

Captain America: ¿Temes perder la fe?

Otra obra de Steve McNiven. Aquí, el Capitán América aparece de rodillas, su uniforme desgarrado y su escudo hecho pedazos, con cada detalle cuidadosamente dibujado para enfatizar la desesperanza. La imagen comunica de manera brutal la sensación de pérdida absoluta: el mayor miedo del Centinela de la Libertad. Ni siquiera en la adaptación cinematográfica de Civil War se percibe una vulnerabilidad tan cruda y visualmente impactante para Steve Rogers.

Hulk: ¿Temes perder el control?

Hulk, en el centro de la escena, observa sus propias manos con incredulidad y dolor mientras a su alrededor cuerpos de superhéroes muertos yacen cubiertos por polvo y escombros. La ilustración habla de la monstruosidad que Hulk puede desatar de manera abrupta y arbitraria, reflejando el temor más profundo de Bruce Banner: perder por completo el control sobre sí mismo. Un tropo que el MCU ha tocado, pero que aquí se siente desbordante e incontrolable.

Iron Man: ¿Temes el legado que dejarás?

Esta obra de Philip Tan es uno de los artes más desconcertantes de la serie: el rostro de Iron Man se vislumbra al fondo, rodeado por un conjunto masivo de armaduras similares a las construidas por Tony Stark, pero con coloraciones distintas, sugiriendo una expansión incontrolable de su legado armamentístico. La imagen plantea preguntas sobre la responsabilidad y el impacto de los inventos de este “héroe”, y ofrece una resonancia mucho más perturbadora que cualquier escena vista en las películas del MCU.

Al final, estos promocionales de Fear Itself nos recuerdan que la belleza narrativa y la visual no dependen siempre del impacto final que pueda tener una historia, y que incluso los cómics han tenido puntos más altos que varias de las escenas más impactantes del MCU. No por nada se trata del medio del que terminan abrevando todas las obras de Marvel Studios.