El reloj avanza y el fin de una era se aproxima para uno de los animes más influyentes de la última década. My Hero Academia ha regresado con la temporada final, y su primer capítulo ya está disponible en Crunchyroll, en una mezcla explosiva de acción, nostalgia y reflexión sobre lo que significa ser un héroe. Más que un simple inicio, este episodio funciona como una carta de amor a los fanáticos que han seguido el viaje de Deku y sus compañeros desde que la antorcha del heroísmo comenzó a encenderse en sus corazones.
El comienzo del fin para My Hero Academia
El episodio abre con una sensación de urgencia palpable: los héroes están agotados, la esperanza parece desvanecerse y los villanos, encabezados por All For One y Shigaraki, amenazan con borrar los cimientos mismos del orden. Aunque parte del capítulo dedica tiempo a recordar los eventos del final de la séptima temporada (algo que puede sentirse redundante para quienes la revisitaron recientemente), la narrativa recupera pronto su pulso y estalla en un clímax que no decepciona. El regreso de All Might al campo de batalla, aunque simbólicamente cargado de melancolía, se convierte en una declaración de principios: incluso cuando la fuerza desaparece, el espíritu heroico permanece.
El enfrentamiento entre All Might y All For One se erige como el corazón del episodio. Visualmente, Studio Bones demuestra por qué su nombre es sinónimo de dinamismo y emoción en movimiento. La animación, vibrante y llena de energía, recuerda a los cómics occidentales que tanto inspiraron a Kohei Horikoshi, el creador de la saga.
Pero más allá de los golpes, rayos y explosiones, el episodio late con un mensaje profundo. Boku no Hero siempre ha sido una historia sobre el relevo generacional, sobre cómo los héroes inspiran a otros a levantarse cuando ellos ya no pueden. En ese sentido, este primer capítulo cierra un círculo emocional: All Might, el mentor que alguna vez fue un faro para la juventud, ahora encuentra su inspiración en la misma generación que ayudó a formar. Cada uno de sus movimientos, inspirados en las peculiaridades de sus antiguos estudiantes, es un homenaje a la nueva era de héroes que lo sucede.
En lo técnico, el episodio logra mantener la tensión que caracteriza a las mejores entregas de la serie. La música acompaña con precisión quirúrgica cada giro de la trama, mientras la paleta de colores alterna entre el brillo esperanzador y la oscuridad de la desesperanza. Si bien el uso de CGI en la armadura de All Might puede sentirse algo disonante con el trazo tradicional, la emoción que transmite la escena hace que ese detalle sea fácilmente perdonable.
El resultado es un estreno que encapsula la esencia de My Hero Academia: un equilibrio entre la acción espectacular y la reflexión sobre el heroísmo en tiempos de crisis. La pelea entre All Might y All For One no es solo un combate entre el bien y el mal, sino entre el pasado y el futuro, entre la gloria perdida y la promesa de lo que viene.
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