Han pasado 16 años, y no hay dudas de por qué este sigue siendo el mejor capítulo de Naruto: el momento más emotivo del anime

Han Pasado 16 Anos Y No Hay Dudas De Por Que Este Sigue Siendo El Mejor Capitulo De Naruto 1
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Ayax Bellido

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Ayax Bellido

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Escribo sobre videojuegos y anime, y me siento muy afortunado por ello. Editor en 3DJuegos LATAM. ¡Llegó el momento de la espada y el hacha, llegó el momento de la locura y el desdén!

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Han pasado 16 años desde que el episodio 133 de Naruto Shippuden, titulado El cuento de Jiraiya el Galante, se estrenó el 29 de octubre de 2009. Más de tres lustros y este capítulo sigue ocupando un lugar inamovible en la memoria colectiva de los fanáticos del anime. 

Con una calificación de 9.5 en IMDb, no solo se le reconoce por su impecable animación o su carga emocional, sino por ser, quizá, el episodio que mejor resume el espíritu de la obra de Masashi Kishimoto: la lucha entre el deber y el corazón, el legado de un maestro y la inevitabilidad de la pérdida. No por nada, sigue siendo el mejor calificado de la serie hasta la fecha.

El adiós de un maestro

En una serie marcada por la acción, el episodio 133 se atreve a detener el tiempo. Nos lleva al fondo del alma de Jiraiya, ese ninja que, con una sonrisa y una copa de sake, escondía el peso de un destino que sabía ineludible. Tras perder un brazo en combate, Jiraiya enfrenta al mayor desafío de su vida: los Seis Caminos de Pain. Pero el golpe más duro no viene del pasado: uno de esos rostros pertenece a Yahiko, su antiguo alumno, un eco doloroso de sus propios fracasos como maestro.

En esa revelación se esconde la tragedia de un ciclo que se repite. Jiraiya, el hombre que soñó con traer la paz al mundo ninja, ve cómo su enseñanza se distorsiona y se vuelve en su contra. Y aun así, en lugar de rendirse, elige seguir luchando. No por orgullo, sino por fe en su historia, ese “cuento de Jiraiya el Galante”, no acabaría allí, sino que viviría a través de Naruto, su alumno más querido, su última esperanza.

Hay un peuequeño recuerdo hacía su mayos complice, Tsunade, otro a su antiguo alumno Minato, y posteriormente llega ese momento final, cuando el cuerpo de Jiraiya se hunde en las profundidades del agua, es una de las escenas más poéticas del anime moderno. No hay melodrama exagerado, ni música que manipule al espectador. Solo el silencio, el eco de su último aliento alcanzando a Naruto, y el peso de una vida que se apaga con dignidad.

Kishimoto convierte la muerte en un acto de enseñanza: incluso en la derrota, Jiraiya deja un mensaje de esperanza. Su último pensamiento: “El cuento de Jiraiya el Galante llega a su fin, pero la historia de Naruto Uzumaki apenas comienza”, es una despedida y una promesa.

Hoy, a 16 años de distancia, el capítulo 133 sigue siendo el punto de inflexión que muchos consideran el verdadero corazón narrativo de Naruto Shippuden. No solo marca el fin de una era, sino el comienzo de otra. La muerte del maestro se convierte en el combustible del discípulo, y el dolor se transforma en determinación.

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