Alguna vez fueron los reyes de la telefonía celular: en el presente viven uno de sus peores momentos

Uno de los mercados de tecnología más reñidos es el de los celulares. Desde sus inicios, la competencia se fundamentó en una batalla entre diferentes marcas que buscaron retener la lealtad de los usuarios con el lanzamiento constante de nuevos modelos. En ese contexto, hubo una empresa que alguna vez fue la dominante. 

A finales de los noventa e inicios de los dos mil, millones de personas en el mundo tenían teléfonos de una empresa que representaba calidad e innovación. En su momento, no había celular que se comparara a uno de Nokia, la marca que popularizó el famoso juego de la serpiente. No obstante, en la actualidad, no son ni la sombra de lo que alguna vez fueron.

La caída de un grande 

A finales de 2022, Nishat Batra, quien ocupa el cargo de director de Estrategia y Tecnología en Nokia, comentó una riesgosa predicción: los celulares desaparecerían para el 2030. El corporativo aseguró que el futuro de la comunicación estaría en servicios como Meta y la realidad virtual (RV). A pesar de que ya pasaron tres años desde su declaración, el escenario parece otro.

El tiempo demostró que la RV sigue en caída libre, e incluso los mismo de Meta hicieron un recorte de hasta 100 personas en este año. El estado para Nokia es el mismo, ya que en 2023 se vieron en la necesidad de despedir a 14,000 de sus empleados, demostrando el bajón que vivía la empresa finlandesa.

Dicha situación es tan grave que el sitio Mobile World Live informó que, Nvidia invirtió 1,000 millones de dólares en Nokia, con el fin de impulsar el desarrollo de IA nativa en sus productos. En el presente, Nokia no figura entre los celulares más populares del mundo y su futuro en este rubro es incierto, como una especie de karma inverso a las palabras dichas por Batra.

¿Por qué Nokia fracasó? 

Aunque el fracaso de Nokia se pueden atribuir a malas decisiones estratégicas que los afectaron a largo plazo, hay unos culpables en específico. Para comenzar, tardaron mucho en adoptar el sistema operativo de Android y en su lugar incluyeron el de Windows. Cuando intentaron regresar al mercado de los celulares, otros gigantes como Apple y Samsung ya lo habían tomado, porque estas entendieron que las ventas eran por el software, mientras que la empresa europea se estancó al pensar que la resistencia del hardware era la clave.