Todos en México dicen que jugaron Pepsiman, pero estamos seguros de que lo hicieron con una versión pirata

Jesús Zamora

Editor

Actualmente, el advergaming atraviesa su peor crisis al ofrecernos solo publicidad sin verdaderas experiencias jugables. Sin embargo, hubo una época dorada en la que hasta una marca de refresco podía tener su propio videojuego y convertirse en una sensación para la comunidad. Este es el caso de Pepsiman, un título creado para promocionar el refresco Pepsi, que fue sorprendentemente popular en México. Sin embargo, lo curioso es que este juego nunca fue lanzado oficialmente fuera de Japón, lo que hace aún más peculiar la forma en que se distribuyó en territorio mexicano.

El juego que todos los mexicanos jugaron pirata

En 1999, con la intención de publicitar la Pepsi en Japón, Pepsiman fue desarrollado por KID, un estudio japonés conocido por su trabajo en títulos como Densha de Go! y Tama: Adventurous Ball In Giddy Labyrinth. Su objetivo era muy simple: ofrecer un videojuego que, a través de la figura de Pepsiman, promoviera el consumo del refresco.

De esta manera, con una dinámica de juego centrada en el correr y esquivar obstáculos, Pepsiman se convirtió no solo en uno de los pioneros del subgénero runner, sino en un clásico de culto que al día de hoy es recordado con nostalgia.

La premisa de Pepsiman es realmente sencilla: controlamos a un superhéroe vestido con los colores y el logo de Pepsi, el cual debe correr por distintas ciudades sorteando toda clase de obstáculos mientras recoge latas de Pepsi. El juego, que dura solo unos minutos por nivel, estaba claramente diseñado para ser un comercial interactivo, pero a pesar de su simpleza, la música pegajosa, los escenarios absurdos y sus mecánicas directas contribuyeron a que muchos jugadores disfrutaran de una experiencia inusualmente entretenida para un título de tan corto alcance.

En una época en la que el internet no estaba tan masificado como ahora, es curioso como Pepsiman se volvió rápidamente una tendencia global gracias al boca en boca, con especial impacto entre los jugadores mexicanos que poseían una PS1. Lo irónico y gracioso es que, debido a que el juego solo se distribuyó en Japón, que claro que todos los jugadores mexicanos que lo disfrutaron lo hicieron de manera pirata. 

Pepsiman sigue siendo un ejemplo de cómo el marketing y el gaming pueden fusionarse de una manera inesperada y divertida. Lamentablemente, ha quedado cautivo en el PS1, y a menos que Sony vuelva a hacer una alianza con Pepsi para relanzarlo en su sección de clásicos de la consola, solo podremos obtener de este increíble título nostálgicos recuerdos.


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