Goat Simulator 3: ¿Vale la pena?

Entre tanto juego con historias serias sobre salvar el mundo destruyendo amenazas fuera de nuestra imaginación, a veces sólo queremos prender nuestra consola o PC y apagar nuestro cerebro mientras nos divertimos con algo casual y fácil de comprender. Eso mismo es lo que intenta ofrecernos Coffee Stain North con Goat Simulator 3, un juego donde controlas a una cabra y... bueno, haces lo que te dé la gana, realmente.

Muchos alzarán las cejas al ver este juego en acción; pensarán que se trata de un proyecto absurdo y sin sentido que no busca otra cosa que llamar nuestra atención con una fórmula que no tiene un propósito claro y se auxilia de parodias y referencias para vendernos lo que sea que intente vendernos, pero basta con jugarlo unas horas para saber lo que realmente está pasando aquí, y en lugar de aventurarte por tu cuenta, nosotros te diremos si vale la pena.

¿Qué rayos es Goat Simulator 3?

Explicándolo en pocas palabras, Goat Simulator 3 es un sandbox donde controlas a una cabra y creas un océano de locura a donde quiera que vayas. Tienes todo un mundo abierto como tu leal sirviente esperando tus órdenes, las cuales son destruir todo a tu paso a manera de cabezazos, embestidas, lamidas y todo lo que una cabra normal podría hacer si tuviera al demonio mismo dentro de ella, pero hay mucho más que eso... mucho más.

Verás, la fórmula del Goat Simulator original (no hubo segunda parte porque a nadie en el estudio le dio la gana, al parecer) era darnos una sensación de libertad extrema en todos los aspectos del videojuego, algo que sin dudas causó furor con el lanzamiento del juego original, y que debía evolucionar en una potencial secuela, algo que afortunadamente hizo bien el estudio: el juego ahora te presenta desafíos y una pseudo historia que vas descubriendo a tu propio ritmo.

Goat Simulator 3 tiene un sistema de progresión, aunque podrías ignorarlo si no te interesa

Decimos “pseudo historia” porque en Goat Simulator 3 realmente no hay nada qué contar, pero aún así, el juego te presenta una ilusión de progreso con sus misiones que irán desbloqueando segmentos de tu base central: una fortaleza que sólo las cabras de este mundo pueden habitar, misma que irá creciendo conforme completes estos desafíos.

Un poquito de todo en el gameplay

Entonces, ¿cómo se juega Goat Simulator 3? Debes saber, como primer aviso de lo que intenta ofrecernos el juego, que aquí no existe el “Game Over; puedes caer de un precipicio, arder en llamas e incluso salir volando en una explosión, pero eres inmortal en Goat Simulator 3, lo cual nos deja con algo bueno y malo a la vez: el juego nos entrega una sensación de poder infinito mientras nuestra imaginación nos siga el paso, pero también se abandona por completo el factor de desafío que normalmente esperamos de un videojuego.

El mundo de Goat Simulator 3 está lleno de misiones

Dicho esto, Goat Simulator 3 aún así cuenta con sus respectivos retos: tal y como te mencionamos, esta secuela llegó cargada de misiones que debemos completar por nuestra cuenta, y con esto, nos referimos a que no existe ningún tipo de guía o tutorial para darnos una idea de lo que tenemos frente a nosotros. Por ejemplo, si llegas a una playa y el juego te pide que constuyas un castillo de arena, será cosa tuya ver cómo rayos completar la misión con los comandos que puede realizar tu cabrita.

¿Cuáles son esos comandos? Puedes dar un cabezazo, lamer algo para sujetarlo y llevarlo a otro lugar, rodar como la vil cabra floja que eres, brincar y balar, y eso es todo... básicamente; siendo el sandbox alocado que continúa las locuras del primer juego, también podemos conducir un auto, deslizarnos por los cables de alta tensión, disparar rayos laser, y hasta volar... con la ayuda de nuestro queridísimo sistema de personalización.

El juego no tiene tutoriales: eres tú contra el mundo

¿No eres fan de las cabras? No hay problema

Pasamos ahora al aspecto más interesante de todo el juego: la personalización. Si lo que quieres es destruir todo a tu paso con estilo, esta sección te tiene cubierto, pues puedes desde añadir una linda campanita en tu cuello que sonará con cada uno de tus pasos, hasta cambiar tus cuernos, añadir alas que te permitan volar, usar audífonos con música integrada, y hasta tienes una secadora de cabello que te permite darle un... retoque a todo NPC que se cruce en tu camino. Es una verdadera belleza lo que el estudio hizo en este apartado para darnos un enorme factor de rejugabilidad aquí.

Si no te gusta la idea de ser una cabra, ¡cambia! Puedes controlar a un cerdito, jirafa, o incluso asumir el control de una botarga de banana; si pensabas que Goat Simulator 3 no podía ponerse más loco de lo que ya es en los metrajes que probablemente has visto al menos un par de veces, espera a explorar todo lo que su sistema de personalización ofrece, en especial aquellos añadidos a tu aspecto que vienen con habilidades especiales incluidas, como los que ya te mencionamos y muchos, ¡muchos más!

Toda la granja llegó a Goat Simulator 3

Muchos de estos cosméticos y otros objetos coleccionables se esconden en el mundo abierto, siendo la excusa perfecta para explorar cada rincón mientras destruimos todo a nuestro paso. Otros objetos deben ser desbloqueados con puntos que obtienes al completar las misiones que ya te mencionamos, creando así un círculo perfecto de progresión que no te pide hacer las cosas con prisa ni precisión; esto es Goat Simulator 3, y puedes hacer lo que tú quieras, cuando tú quieras.

Los humanos son tus esclavos; haz que hagan el trabajo duro por ti

Un mundo abierto sencillo pero interesante

El atractivo del mundo abierto de Goat Simulator 3 es que es completamente destruible, o bueno, casi completamente destruible. Incluso si algo parece estar hecho de oro macizo y fuera de tu poder como cabra, siempre puedes intentar otras cosas: equipa tus lentes con rayos laser, busca una grúa y engánchate en tu obstáculo, o jala algo con tu lengua si crees que te podría ayudar a ganar fuerza de algún modo. Es esta fuerza imaginativa a la que nos invita el mundo de Goat Simulator 3, y todo sin abandonar la diversión por un segundo.

Los NPCs están por doquier, y aunque no son los más vivos o realistas dentro de un juego de este género, los hay de todo tipo y siempre puedes interactuar con ellos. Si encuentras un mimo, intenta asustarlo con tu balido, o si llegas a un concierto, súbete al escenario e intenta rodar al ritmo de la música; siempre hay una reacción de estos personajes, y es tan divertido descubrir lo que harán tanto como la propia exploración y destrucción de este mundo.

Necesitarás amigos para liberar todo el potencial del juego

Aquí es donde falla Goat Simulator 3 en nuestra opinión, pues si bien siempre es bienvenida una modalidad entre amigos par multiplicar la diversión en este tipo de juegos, no debería hacerse dañando la experiencia single player, y es que Goat Simulator 3 bloquea toda una sección de su jugabilidad si no estás en compañía de otros: los minijuegos. A manera de competencias que te hacen soltar la carcajada mientras compites con los demás, estas misiones son todo un encanto y una gran excusa para buscar compatriotas en línea si no tienes a alguien en casa contigo para compartir la diversión.

Un total de 4 personajes pueden participar en una sola sesión de Goat Simulator 3, y de hecho, esta es una forma excelente de completar más misiones en menos tiempo, pues cada quien puede ir por su cuenta, y a diferencia de los minijuegos, basta con un sólo jugador para completar estos objetivos y obtener las recompensas. Es una opción muy divertida para experimentar la locura del juego, y se entiende que los minijuegos sean exclusivos debido a su funcionalidad, pero eso no nos quita el mal sabor de boca sobre algo que quizás pudo manejar mejor el estudio.

Es mil veces mejor compartir la locura entre amigos, ¿no crees?

Con todo lo dicho, ¿vale la pena Goat Simulator 3? El juego maneja una fórmula muy fuera de lo ordinario que inmediatamente llamará tu atención o hará que busques otra cosa inmediatamente; si te interesa al menos un poco lo que te contamos en estas palabras, entonces puedes dar por heho que Goat Simulator 3 te robará sonrisas y muchas horas de diversión.

Goat Simulator 3 no es para todos, pero si te animas a probarlo, verás que es muy adictivo

Goat Simulator 3 es un juego absurdo, sí, pero eso no le quita el derecho a intentar brillar en la industria con una fórmula no apta para todos; hace muy bien lo que hace con ideas divertidas y experiencias que llevarás contigo tras terminar cada una de tus sesiones dentro de este sandbox sin igual. Si puedes aceptar inicialmente la idea general del juego y te animas a probarlo, verás que esconde un gusto que te encantará haber conocido, y que sin dudas provocará que invites a tus amigos a probar la exquisita adicción que puede ser Goat Simulator 3 para la audiencia indicada.

¿Fin?

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