Mucho antes de que Disney comprara Star Wars como franquicia, su creador original, George Lucas, solía expandir el lore de esta obra con ideas para cómics, videojuegos y toda clase de contenido multimedia. De esta manera nació en 2008 Starkiller, un enigmático ser con una sensibilidad bastante especial a la Fuerza, convirtiéndose en el proceso en uno de los personajes más poderosos de todo este Universo. Sin embargo, tras la adquisición de Disney de la franquicia, la compañía le tuvo miedo al éxito y decidió descanonizar al antihéroe.
El poderoso personaje de Star Wars creado por George Lucas
Protagonista del juego Star Wars: The Force Unleashed, publicado en 2008 para PS2, PS3, Xbox y PC, Starkiller, cuyo verdadero nombre es Galen Marek, fue creado por George Lucas como un joven aprendiz de Darth Vader. La historia de Starkiller comienza cuando Vader lo encuentra como niño en un planeta destruido (por él mismo) y lo toma como su pupilo, entrenándolo para cazar a los Jedi.
De esta manera, el Starkiller desarrolló una conexión tan única con la Fuerza, volviéndose capaz de manipular la Fuerza a niveles nunca vistos: desde levantar naves enteras hasta destruir estructuras masivas con un solo movimiento. Como era de esperarse, en algún punto de su historia Starkiller se pasa al lado rebelde, convirtiéndose en una figura central dentro de los eventos previos a Star Wars: Episodio IV, al punto de ser clave para la caída del Imperio.
La “descanonización” de Starkiller
El personaje se había vuelto tan fuerte que incluso llegó a rivalizar con figuras como Darth Vader o el mismo Emperador. Sin embargo, la inclusión de Starkiller en el canon de Star Wars también representaba un reto para la coherencia de la saga, debido a su inmenso poder. Así que con la llegada de Disney a la franquicia, el personaje fue descartado como parte del canon oficial.
Fue así como Starkiller, aunque aún mencionado en cómics y videojuegos, dejó de ser reconocido en las películas o series principales, lo que resultó en una decisión que, aunque lógica desde el punto de vista meramente narrativo, dejó de lado a un personaje que podría haber aportado mucho más al Universo de Star Wars.
El descarte de Starkiller del canon es un claro recordatorio de cómo las decisiones de un gigante corporativo como Disney puede despojar a los fanáticos de los breves instantes de brillantez. Al final, la franquicia es de ellos, pero más nos hubiese gustado que tuviera la forma que George Lucas realmente había pensado.
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