Hablar de transformaciones en Dragon Ball es inevitablemente hablar de momentos que nos marcaron como fans. La primera vez que vimos a Goku convertirse en Super Saiyajin en Namek, cuando Gohan despertó su ira en la saga de Cell o cuando Vegeta rompió sus propios límites son recuerdos que siguen grabados en nuestra memoria colectiva.
Sin embargo, hay una transformación que, por su impacto y rareza, ocupa un lugar especial en el corazón de los seguidores: el Super Saiyajin 3. Su debut en la saga de Majin Buu nos dejó boquiabiertos. El grito desgarrador de Goku, el cabello dorado hasta la cintura y la ausencia total de cejas marcaron un antes y un después en la serie. Pero, ¿sabías que este no fue el diseño original que Akira Toriyama había pensado para esta escala de poder?
Un diseño de Toriyama que nunca llegó al anime
Toriyama nunca explicó del todo por qué descartó su concepto inicial para el Super Saiyajin 3, pero gracias a material de arte recopilado a lo largo de los últimos años (este material en particular fue revelado en la Daizenshuu 4, la enciclopedia oficial del mundo de Dragon Ball), sabemos que su visión era completamente distinta.
En el diseño primigenio, la transformación mantenía más rasgos del Super Saiyajin 2: un cabello más corto, facciones más suaves y la notable reaparición de la cola de Goku, recordándonos a su herencia saiyajin pura. A simple vista, parecía una evolución más discreta que la versión final, menos imponente y más cercana a lo que vimos con Gohan en la saga de Cell.
Al observar estos bocetos es imposible no preguntarse cómo habría cambiado nuestra percepción si ese hubiera sido el diseño oficial. Un Goku más joven, con un aire salvaje y un detalle nostálgico (la cola) habría conectado aún más con el pasado del personaje y, probablemente, habría marcado una línea visual más coherente con sus primeras etapas.
¿Por qué cambiarlo? bueno, pienso que la respuesta quizás es más sencilla de lo que creemos: Toriyama buscaba impactar. La saga de Buu ya tenía un tono más caótico y exagerado que las anteriores, así que el Super Saiyajin 3 debía reflejar ese exceso. Cabello interminable, cejas ausentes y un aura feroz reforzaban la idea de que esta forma no era solo una evolución, sino un sacrificio: una transformación que consumía energía de manera brutal y que solo los guerreros más poderosos podían mantener.
Curiosamente, el Super Saiyajin 3 terminó siendo poco recurrente en la historia de Dragon Ball. Más allá de su espectacular debut, apenas lo hemos visto en algunos momentos de Dragon Ball Super y, de manera más reciente, en Dragon Ball Daima, donde incluso Vegeta alcanzó finalmente esta transformación tan icónica.
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