Una historia con mucho potencial, pero sin el desarrollo necesario para ser memorable. Reseña de Batman Azteca sin spoilers

Como parte de una colaboración entre Warner Bros. y Ánima Studios, llega de manera especial a México Batman Azteca: Choque de Imperios, una cinta que recrea el mito del Hombre Murciélago de DC Comics, adaptándolo a las tradiciones y el contexto histórico del posclásico mesoamericano. ¿El resultado? Interesante en muchos aspectos, pero polémico en su ejecución. En fin, ¿está Batman Azteca a la altura del personaje? En esta honesta reflexión trataremos de dilucidar, sin spoilers, si Batman Azteca realmente vale la pena.

Un Choque de visiones sobre Batman

La historia de Batman Azteca nos sitúa hacia el final del posclásico mesoamericano, cuando Hernán Cortés llegó a las costas de lo que ahora es México. Es así como presenciamos el arribo del histórico conquistador español y su intento de adentrarse en la región para llegar a Tenochtitlán. Con un ímpetu inquebrantable y ningún tipo de respeto por los locales, Cortés termina por asesinar al padre de Yohualli, un joven guerrero y nuestro protagonista.

El asesinato de su padre (porque huérfano de madre ya era) y el cobijo del dios murciélago Tzinacan motivan a Yohualli a buscar justicia y vengar a su familia, naciendo así el Batman de este universo. De esta manera, vemos a Yohualli viajar hasta Tenochtitlán en su afán de detener a los españoles, y así nacerá el choque de imperios con Batman, o el encomendado de Tzinacan, como paladín a favor de los mexicas.

La historia, en principio, plantea un escenario atractivo: una especie de ucronía en la que el pueblo mesoamericano hegemónico cuenta con un vigilante vestido de murciélago e impregnado de un aura sobrenatural: desde los pueblos del Golfo de México hasta el mercado de Tlatelolco, el mundo mesoamericano busca ser representado fielmente, sí, pero no ocurre lo mismo con la historia.

En ciertos momentos, la película parece recuperar el espíritu de obras como Batman: Year One, presentándonos a un superhéroe sin experiencia, aprendiendo a ser Batman. Sin embargo, el ritmo se vuelve irregular, y en su mayoría se siente como una clase de historiografía metida con calzador en la mitología de Batman, sin una integración orgánica.

Hay que decirlo: la película ni desarrolla la caída del Imperio Mexica con un apego cercano a la realidad histórica, enfocándose más en la ficción fantasiosa, ni profundiza en la psicología de sus personajes, convirtiendo a Hernán Cortés en una versión simplificada de Dos Caras o a un sacerdote mexica en Yoka (equivalente al Joker), sin mayores justificaciones.

Por ejemplo, en el caso de Hernán Cortés, tras haber sido vencido por Batman en un primer enfrentamiento, con su rostro desfigurado como resultado, redobla el ataque contra los mexicas adoptando una nueva personalidad. Este cambio recupera el manierismo de Dos Caras, utilizando su moneda para tomar decisiones importante, justo como en los cómics. Sin embargo, en la película nunca se explica por qué de repente Cortés comienza a comportarse de esta manera y eso choca con la verosimilitud de la ficción.

El cambio, en realidad, parece más una excusa para introducir al villano de DC en un contexto diferente, sin una justificación narrativa que lo respalde. Lo que queremos señalar es que los personajes en Batman Azteca son mayormente planos, dividiendo a los personajes entre muy buenos y muy malos, sin matices intermedios. Esto es algo que en los cómics y otros productos de DC Comics está mucho mejor trabajado, porque en esas historias los personajes suelen tener una profundidad emocional y moral que se pierde en esta adaptación.

Interpretando al Hombre Murciélago con un toque de Mesoamérica

Aunque la historia no profundiza en la psicología de los personajes, el guion está lleno de mexicanismos que aportan un toque único y eso sí que nos gustó. Si bien no es verosímil que los mexicas hablen un “español mexicanizado”, se percibe que la película fue hecha por mexicanos, principalmente para mexicanos.

A su favor, el filme aprovecha las increíbles interpretaciones de Horacio García Rojas como Yohualli, Álvaro Morte como Dos Caras, y Omar Chaparro como Yoka. Todos son artistas de gran nivel, y aunque sus personajes no están a la altura, las interpretaciones son sólidas y demuestran buena química entre ellos.

Visuales y estética: una Mesoamérica sobrenatural

En términos visuales, Batman Azteca se acerca más a las películas de Ánima Studios, como La Leyenda de los Chaneques o La Leyenda de la Llorona, que a las animaciones que a las animaciones clásicas de Bruce Timm o las del Tomorrowverse de DC. Esto no es algo negativo, ya que el estilo visual se adapta bien a lo que busca plasmar: una atmósfera mexica, llena de grabados, edificios imponentes y vegetación exuberante, que refuerza la mística y lo sobrenatural del universo de Batman.

No obstante, a lo largo de la cinta se percibe que, si bien Ánima hace un buen trabajo al presentar esta vertiente más mítica del Hombre Murciélago, la fluidez de la animación no siempre se mantiene. Mientras que las escenas de acción están detalladas y tienen una gran calidad, en momentos de menor peso narrativo, la animación se vuelve tosca, con figuras estáticas en planos secundarios, lo cual interrumpe la inmersión.

En cuanto a la música, compuesta por Ego Plum, los temas buscan fusionar ritmos mesoamericanos con una orquestación más épica y cinematográfica. Aunque la composición no destaca de manera sobresaliente, cumple su función al crear una atmósfera envolvente para la película.

¿Vale la pena Batman Azteca?

Batman Azteca: Choque de Imperios es una película que, si bien podría atraer a los fanáticos del folklore mexicano y a los seguidores más acérrimos de Batman, no ofrece mucho para el espectador casual. Su atmósfera única y las interpretaciones sólidas de los personajes logran captar la atención en ciertos momentos, pero la historia no profundiza lo suficiente en los personajes ni en el conflicto histórico que, en teoría, debería haber sido su punto fuerte.

A pesar de algunos aciertos visuales, la película no logra ofrecer una narrativa lo suficientemente envolvente ni un desarrollo de personajes a la altura del universo de Batman, lo que deja una sensación de decepción para aquellos que esperaban una trama más compleja y fiel al legado del Caballero Oscuro. En nuestro caso, por lo menos, nos sentimos bastante decepcionados.