Demon Slayer no debe cometer el mismo error de Neon Genesis Evangelion: el peligro de hacer esperar demasiado a los fanáticos del anime

Ayax Bellido

Editor

Demon Slayer: Castillo Infinito ya está en cines de México, y su llegada ha sido todo un fenómeno cultural. La película, que marca el inicio de una trilogía destinada a cerrar la historia de Tanjiro y los Pilares, ha demostrado una vez más el poder que tiene este anime para movilizar multitudes y generar conversación global.

Sin embargo, este momento de gloria trae consigo una advertencia: si Ufotable y los responsables de Kimetsu no Yaiba quieren mantener el interés y el fervor del público, no pueden caer en el mismo error que cometió Neon Genesis Evangelion con su tetralogía Rebuild of Evangelion. La saga dirigida por Hideaki Anno sigue siendo una obra maestra indiscutible, pero su cronología de estrenos dejó importantes lecciones sobre cómo las demoras excesivas pueden desgastar incluso a las franquicias más queridas.

Evangelion: una saga marcada por las pausas

Para contextualizar, las películas de Rebuild of Evangelion comenzaron con fuerza. Evangelion: 1.0 You Are (Not) Alone llegó en 2007, seguida dos años después por Evangelion: 2.0 You Can (Not) Advance en 2009. La saga mantenía así un ritmo razonable de producción. Sin embargo, con Evangelion: 3.0 You Can (Not) Redo en 2012, empezaron los problemas: la brecha entre esta entrega y la última, Evangelion: 3.0+1.0 Thrice Upon a Time, se extendió a casi una década. El estreno final llegó en 2021, tras nueve años de espera, generando una de las pausas más largas en la historia del anime.

Esa distancia temporal no fue solo un dato curioso, sino un factor que marcó profundamente la recepción de la obra. Aunque el final fue un éxito comercial y crítico, el camino estuvo plagado de frustración, especulación y una presión descomunal tanto para los creadores como para los fans.

La experiencia de Evangelion dejó una serie de lecciones claras: esperar nueve años para una conclusión desgasta incluso a los fans más leales. Muchos expresaron sentirse abandonados, y la falta de fechas claras de lanzamiento solo aumentó el descontento.

Y es que mientras los fans dedicados mantuvieron viva la conversación, el público más casual perdió el hilo de la narrativa, y eso, en una era donde el consumo de entretenimiento es inmediato y masivo, una espera tan larga puede diluir el impacto cultural de una saga. Además Hideaki Anno reconoció públicamente que el retraso estuvo ligado a su depresión y bloqueo creativo tras la polarizante recepción de Evangelion: 3.0. La producción de la película final se convirtió en una carga emocional y profesional que puso en riesgo su bienestar.

Demon Slayer está en una encrucijada

Demon Slayer vive un momento histórico: ha logrado consolidarse como uno de los fenómenos de anime más populares de la década, con récords de taquilla, merchandising exitoso y una base de fans global. Castillo Infinito es solo la primera entrega de una trilogía final que promete una conclusión épica, pero su mayor desafío no será animar espectaculares batallas, sino mantener viva la llama del entusiasmo.

El anime tiene la ventaja de estar en manos de Ufotable, un estudio reconocido por su calidad visual y disciplina de producción, pero también enfrenta una audiencia global mucho más impaciente que hace una década. En pleno 2025, los ciclos de atención son cortos, y esperar demasiado entre películas puede poner en riesgo el fenómeno cultural que Kimetsu no Yaiba ha construido.

La historia de Evangelion demuestra que incluso obras maestras pueden pagar caro los retrasos prolongados. Para Demon Slayer, el reto está en mantener un calendario ágil que permita a los fans seguir inmersos en su mundo sin que el hype se disipe. Si lo logra, no solo consolidará su legado como una de las sagas más importantes del anime moderno, sino que marcará una diferencia crucial: aprender del pasado para no repetirlo.

¿Vale la pena ver Demon Slayer: Castillo Infinito?

Demon Slayer: Castillo Infinito es un espectáculo visual sin precedentes en el mundo del anime. Si bien tiene momentos en los que el ritmo se ve afectado por los flashbacks, la intensidad de las batallas, la calidad de la animación y el cuidado por cada detalle narrativo hacen que sea una experiencia imprescindible para fanáticos y público en general.

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