Si alguien hubiera dicho, hace un año, que 12 meses después del anuncio de la compra de Activision por parte de Xbox, la transacción seguiría sin concretarse, difícilmente lo hubiéramos creído, pero aquí estamos. Xbox, Sony y las autoridades antimonopolio siguen trabadas en un pleito que por momentos parece acercarse a su fin, y por momentos parece lejos de resolverse.
Apenas esta semana, Microsoft defendió su postura ante la Comisión Europea; se supone que ambas, la CE y la CMA británica tomen una decisión, a más tardar, el mes entrante; y el juicio entre Microsoft y la FTC estadounidense comienza en agosto, pero según los expertos que el portal estadounidense IGN consultó recientemente, el asunto podría demorar más… mucho más, y terminar incluso en la Suprema Corte de Justicia.
¿Por qué? Muy sencillo. La sentencia no es el final del proceso legal -de ninguno, de hecho-, y cualquiera de las partes que pierda, podrá apelar, extendiendo el conflicto todavía más.
"Ambos abogados [Sam] Castree y [David] Hoppe coincidieron en que sin importar el resultado, todo el asunto va a tomar un rato. Hoppe señaló que, aunque el juicio en sí está programado para agosto de 2023, la parte derrotada apelará la decisión ante los comisionados de la FTC, la Corte de Apelaciones de los Estados Unidos y, al final, la mismísima Suprema Corte. Aunque Microsoft podría cancelar el trato, la FTC podría rendirse ante los enormes recursos de Microsoft o ambos podrían llegar a un acuerdo y terminar el asunto prematuramente, si nada de esto pasa, esto podría llevar años".
Microsoft, Activision, Call of Duty y la CMA
Lo anterior aplica solamente a la Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos (FTC), la cual presentó una demanda en diciembre y cuyo proceso va a llevar varios meses antes de siquiera comenzar formalmente.
Dicho eso, Xbox enfrenta también el escrutinio de la Autoridad de Mercados y Competencia británica (CMA), así como de la Comisión Europea, ambas de las cuales presentaron cartas con observaciones y advertencias en semanas recientes. Para Activision, el fallo de la Autoridad de Mercados y Competencia resulta incluso más relevante que el de la FTC.
Cualquiera que sea el caso, Xbox ha estado muy activo, cerrando acuerdos con Nvidia y Nintendo que reflejen su intención de mantener las propiedades de Activision abiertas a terceros, uno de los temas más preocupantes para los reguladores y para Sony, por supuesto.